Ciudad Guayana. ¿Quién no ha bailado a “noche extendida”, con las melodías de la “Orquesta más popular de Venezuela?, la Billos Caracas Boys y ¿quien no recuerda a su máximo exponente como director, el Maestro Luis María Frómeta Pereira, Don Billo Frómeta…?
Músico, compositor y director de orquesta dominicano, vivió en San Francisco de Macorís (Dominicana), en donde comenzó con sus estudios de música, que era entonces materia de pensum en la escuela primaria.
Allí logró aprende teoría y sofeo con el profesor Sixto Brea, además de armonía con el profesor Rafael Pimentel, también saxofón y clarinete con el profesor Orguis Negrete de acuerdo a su muy completa biografía.
Con su crecimiento musical, logró a los 15 años fundar y ser el primer director, con el grado de Capitán, de la Banda del Cuerpo de Bomberos de la capital dominicana, un aspecto que le permitió exponencialmente crecer en sus conocimientos de música.
Luego fue el miembro fundador de la Orquesta Sinfónica de Santo Domingo, mientras que ya en el año 1933 se mudó para la capital, para impartir clases de guitarra a domicilio, donde realiza pequeños arreglos musicales para pequeños conjuntos, además de seguir impartiendo clases de guitarra.
Es la etapa de su vida en la que conoce al joven Freddy Coronado, quien le dio un trabajo como saxofonista.
Coronado era estudiante de violín y saxofonista y lo animó a formar un grupo que se llamó Conjunto Tropical y que trabajaba en la emisora de radio HIN dominicana.
Ello produjo un encuentro que marcaría la vida de Billo Frómeta, cuando se juntan Freddy Coronado, Francisco Damirón y José Ernesto Chapuseaux, lo que dio como resultado la creación de una orquesta bailable, denominada Santo Domingo Jazz Band, que dirigió en principio Damirón, quien le pasó la posta al propio Billo.
La vida musical del maestro Billo la compartió en sus inicios con sus estudios de Medicina en la Universidad de Santo Domingo, donde al promediar sus tres años de carrera, ingresó al hospital militar, donde estuvo hasta que fue obligado a usas uniforme de guardia, un hecho al cual se negó, en su aversión al régimen militar de la época, por lo que resultó expulsado de la Academia de Medicina.
Este hecho abrió de par en par las puertas de su llegada a nuestro país, Venezuela, el último día del año 1937 (31 de diciembre), cuando lo hizo para tocar en el local Roof Garden de Caracas, que estaba ubicada en el centro de la capital.
En la presentación inicial, los hermanos Sabal, empresarios y dueños del local, optaron por cambiar a último momento el nombre de la orquesta, por el de Billo’s Happy Boys sin notificar este hecho al maestro Billo Frómeta.
Este hecho, produjo una apertura a una protesta formal del gobierno dominicano, ya que el representante diplomático de República Dominicana acreditado en Caracas, al conocer este cambio de nombre, criticó el hecho de que no era mencionada la capital de aquel país.
El incidente marcaría entonces, la consolidación en Venezuela, de la nóvel orquesta, ya que el hecho de estar República Dominicana bajo la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo, y el incidente referido, con una prórroga consecutiva del contrato, obligaron a los integrantes de la orquesta a permanecer en Caracas, con un mínimo sueldo.
Este no menos importante aspecto, motivó a la agrupación a permanecer en Venezuela, adquiriendo cada día mayor arraigo en la capital.
Para 1938, llega el tema sonoro “Taboga” de la misma película, donde la orquesta interpreta este tema cantado por Ernesto Negrito Chapuseaux, amén de lograr entablar una amistad con el músico y compositor mexicano Agustín Lara, quien reside durante un tiempo en Caracas.
Un año más tarde, Billo Frómeta se vio afectado por el tifus de tal manera que sus médicos consideraron imposible salvarlo. Pese a ello logró recuperarse y continuó su trabajo orquestal.
Para 1940, Billo reagrupó su orquesta y le cambió el nombre a Billo’s Caracas Boys, nombre que aún mantiene y colocado en honor a la ciudad donde residiría hasta el final de sus días. Muchísimos músicos y cantantes pasaron por esta orquesta, destacando entre ellos el cubano Manolo Monterrey y los venezolanos Rafa Galindo, Miguel Briceño (cuñado de Galindo) y Víctor Pérez.
Según costumbre de la época, también acompañó a vocalistas solistas, que no formaban parte de su banda como el tenor Alfredo Sadel, el vocalista y director coral Vinicio Adames, el cantante español José María Madrid, el tenor Marco Tulio Maristany y la cantante cubana Candita Vásquez.
En 1946 adquirió en la estación radial Radio Caracas Radio un espacio de una hora de duración para producir su propio programa semanal, denominado A gozar muchachos y animado por Marco Antonio Lacavalerie, conocido por su apodo de Musiú Lacavalerie.
La emisora radial poseía equipos de grabación discográfica para respaldo de algunos de sus programas; Billo aprovecha tal circunstancia y edita los discos con su apodo Billo.
Los discos eran manufacturados en Estados Unidos y, posteriormente, distribuidos en Venezuela por la empresa Comercial Serfaty.
En 1948, abandona RCA Víctor, y continúa la edición de sus discos con sello propio.
En 1955, la filial venezolana de General Electric, patrocinador principal del espacio radial de Billo Frómeta, acuerda con el músico producir uno de los primeros discos de larga duración grabado en Venezuela, dirigiendo una orquesta conformada con músicos de la Orquesta Sinfónica de Venezuela, que respaldaban a la pianista y compositora María Luisa Escobar y al vocalista Marco Tulio Maristany, con la actuación del conjunto de música llanera del compositor y músico venezolano Vicente Flores.
Este disco, titulado Concierto Venezolano, no fue editado comercialmente pues la empresa lo ofreció como regalo de Navidad a sus empleados, y fue el primer trabajo de Billo en este formato.
Ese año, se convierte en uno de los fundadores de la Sociedad de Autores y Compositores de Venezuela, junto a Luis Alfonzo Larrain y Manolo Monterrey.
En 1956, enfrenta una demanda respecto a su primer matrimonio contraído con la venezolana Mercedes Olimpia Senior, no disuelto formalmente, y es condenado a pasar cien días en prisión hasta febrero de 1957.
Al desaparecer su orquesta, en 1956 fue contratado como asesor musical de la desaparecida empresa discográfica venezolana Industria Nacional del sonido Venevox propiedad del empresario Carlos Birdermann y hace grabaciones en estudios radiales de Cuba dirigiendo la orquesta cubana de los Hermanos Castro, presentada en los discos como su propia orquesta y haciendo producciones para otros artistas.
En esa breve época son varias las grabaciones que se editan en Venezuela tanto para el sello citado, como para otra empresa, también desaparecida llamada Sonus, en las cuales cantaron el cantante venezolano Víctor Piñero, el dominicano Alberto Beltrán y los cubanos Pío Leiva y Carlos Díaz, entre otros artistas. También en esa misma etapa, realiza una de sus escasas producciones en suelo estadounidense: el LP titulado Tres Viejos Amigos en el cual comparte créditos con el pianista Francisco Simó Damirón y su primer cantante, Ernesto «Negrito» Chapuseaux, respaldados por una orquesta formada a tal fin. La grabación se realizó en los estudios de la empresa Beltone Recording Corporation, el 13 de julio de 1959.
Al salir de la cárcel en 1957 empieza para el músico una serie de tropiezos serios para su trayectoria, puesto que pierde el apoyo de los patrocinantes de su programa A Gozar, Muchachos, lo cual marca la disolución de su orquesta y el final de su contrato radial.
Es posible que en esto haya influido la serie de ataques y críticas negativas que comenzó a recibir, quizá desatados por la envidia ante los éxitos que cosechaba, teniendo que enfrentar demandas y hasta un veto en 1958 por parte de la Asociación Musical del Distrito Federal y Estado Miranda, que le prohibió actuar de por vida en Venezuela por haber sido contratado por funcionarios o simpatizantes del régimen del general Marcos Pérez Jiménez.
Durante 1958, ya sin su banda, traba amistad con el joven empresario y administrador, Renato Capriles, quien le solicita arreglos y canciones para el primer álbum de su orquesta Los Melódicos. Billo Frómeta entonces compone tres temas y arregla cerca de veinticuatro para la nueva orquesta. Desde entonces, Capriles se hace amigo y, en no pocas ocasiones, rival artístico de Frómeta. 2
En mayo de 1960 regresó Billo a Caracas y le es levantado el veto que sobre él pesaba por parte de la Asociación Musical, que en su mayoría vio como injusta y personal la medida en contra del músico. Inmediatamente, comienza a reunificar su orquesta y a buscar nuevos cantantes en la ciudad de Maracaibo.
Allí contrata a José «Cheo» García y Felipe Pirela. Luego compone nuevos temas y hace varias grabaciones.
La empresa Discos Gramcko se interesa en su trabajo y le contrata. Así sale al mercado disquero su primer LP con su nueva formación titulado Paula, en honor a la joven presentadora de televisión y modelo italiana Paula Bellini.
Mientras se promociona este trabajo, otra disquera denominada Discomoda le ofrece mejores condiciones y le hace firmar un nuevo contrato. Billo le ofrece a esta empresa, las canciones que quedaron fuera de la edición del álbum anterior. Con esta disquera permanece un espacio de 3 años, para luego iniciar su propia empresa disquera.
En 1963, al renunciar a su contrato discográfico, decide iniciarse como empresario del ramo, con su sello Fonograma. Durante la etapa con esta disquera, se destacan como vocalistas en la orquesta, además de los ya mencionados, Guillermo« Memo» Morales, José Luis Rodríguez «El Puma», Rafael Araque, Humberto Zárraga y Nelson Henríquez. Esta etapa puede considerarse como una de las más productivas y exitosas de Frómeta y su orquesta, aunque ya no tuviese el apoyo de algún programa radial en vivo.
No solo produce los álbumes de su propia orquesta sino que ofrece oportunidad de grabar en su sello a artistas nuevos como la soprano Rosalinda García y el intérprete de rock Trino Mora, además de agrupaciones bailables e instrumentales.
Sin embargo, debido a que uno de sus socios, presuntamente comete una estafa en contra del músico, Frómeta decide a inicios de 1968 el cierre de operaciones de su empresa.
Desde entonces, el catálogo de Fonograma fue editado parcialmente por diversas empresas, hasta que Frómeta vendió éste a uno de sus yernos, con lo cual se estableció el Sello Sonograma el cual posee, en la actualidad, el catálogo de Fonograma, habiendo sido reeditadas en formato CD algunas grabaciones de gran éxito comercial, entre estas, las que fueron las realizadas por la propia orquesta.
Al cerrar las operaciones de Fonograma, Billo Frómeta logra ser contratado por la empresa La Discoteca, C.A. No volvió a incursionar como empresario discográfico.
En una presentación ocurrida en 1987 en Santa Cruz de Tenerife su orquesta fue reconocida por la editora del Libro Guinness de Récords, por haber presentado el concierto más grande al aire libre para aquel entonces: a ese mismo concierto en la Plaza de España de Santa Cruz acudieron 250.000 personas, bailando la misma canción, junto a la cantante Celia Cruz, la cual fue su única actuación con la orquesta.
El día 28 de abril de 1988 estaba programado que dirigiera la Orquesta Sinfónica de Venezuela en el complejo cultural Teatro Teresa Carreño, en el marco del homenaje que por sus cincuenta años de vida artística en Venezuela le brindaría la Gobernación de Caracas, ciudad a la que tantas composiciones dedicó.
Como invitados especiales, se presentarían en el escenario cantando algunos de sus temas sus mejores amigos y artistas que le acompañaron durante su trayectoria musical e integrantes actuales y anteriores de su orquesta como Ely Méndez, Gustavo Farrera, Raúl Mora, Osvaldo Delgado, Ender Carruyo y Renzo Lares, entre otros.
El día anterior, el 27 de abril, al finalizar un ensayo en el Teatro Teresa Carreño con el tema Un Cubano en Caracas, los músicos de la orquesta, puestos de pie, le ovacionaron largamente.
Al parecer, la emoción impactó en exceso en el ánimo de Frómeta quien se desplomó al instante, probablemente víctima de una hemorragia cerebral.
Entró en estado de coma y, sin recuperar la consciencia, falleció el 5 de mayo de 1988. Una versión diferente de ésta, sostiene que, durante dicho ensayo, las cosas no salían como deseaba Frómeta y la música sonaba mal lo que le causó disgustos y empezó a sentirse mal, cayendo al piso en medio de violentas convulsiones. Esto pudo haber sido producto de la agitada labor del músico, la práctica del tabaquismo desde la adolescencia, mala alimentación y trasnochos durante varios años.
Con la muerte de Billo Frómeta se cerró una página importante en la historia musical venezolana, por cuanto su orquesta animó el espíritu nacional y le enseñó a querer no solo a la música nativa, sino también otros ritmos como la cumbia, el bolero y el merengue originario de su tierra.
Algunos críticos consideran que Frómeta fue músico de nacimiento, intuitivo en el sentido de que aún descartando sus muchos años de aprendizaje teórico y la constante práctica y ensayo, llevaba el sentido melódico y rítmico, además era observador de la idiosincrasia popular, la que siempre supo captar en sus diversas composiciones dedicadas a Venezuela y, sobre todo, a la ciudad de Caracas, donde residió hasta el final de su vida.
Redacción SNPD