El ganador del MVP en 2021 y 2022 deslumbró con un enorme 20 de 30 en tiros y sumó además 11 asistencias.
Sin embargo, los Nuggets fueron incapaces de acompañar a Jokic, que solo tuvo un respaldo consistente de Jamal Murray (28 puntos y 7 asistencias).
Tras sus 47 puntos del tercer partido, Devin Booker volvió a lucir un nivel extraordinario y consiguió 36 puntos (con un descomunal 14 de 18 en tiros), 6 rebotes y 12 asistencias para unos Suns todavía sin el lesionado Chris Paul.
Kevin Durant también brilló con 36 puntos (11 de 19 en tiros), 11 rebotes y 6 asistencias, pero la mejor noticia para los Suns en este feroz duelo de ataques incendiarios y defensas invisibles fue que su fondo de armario, uno de los puntos débiles de este proyecto, respondió con creces en este cuarto duelo.
Así, el banquillo de Phoenix, con Landry Shamet al frente (19 puntos y 5 triples), aportó 40 tantos mientras que el de Denver, a priori un equipo más coral y compensado, solo consiguió 11 en total.
JOKIC CONTRA EL MUNDO
No ocultaron sus cartas los Suns desde el arranque: cuanto más tiempo estuviera el balón en manos de Booker y Durant, mejor para los intereses de los locales.
Los Nuggets, con más físico y músculo que los Suns, llegaron a tener una ventaja de 9 puntos en el primer cuarto, pero Booker con 13 puntos y Durant con 11 -incluida una canasta sobre la bocina- calentaron muy rápido la muñeca para alegría de la afición de Phoenix.
Tras el 32-34 con el que se cerró el primer periodo, los Suns explotaron dos debilidades evidentes de los Nuggets: una defensa demasiado contemplativa -el entrenador Mike Malone estaba furioso en la banda- y los minutos de descanso de Jokic.
El genio serbio salió de la cancha con un 24-30 en el primer cuarto y cuando regresó ya en el segundo periodo se encontró a su equipo por detrás por 43-41.
Como quien se da cuenta de repente que tiene deberes por hacer, Jokic empezó a sacarse trucos de la chistera y metió 11 puntos seguidos en cuanto pisó la pista.
El pívot también protagonizó el momento más extraño del encuentro.
Un balón suelto acabó fuera de la cancha y en las manos del propietario de los Suns, Mat Ishbia. Jokic se acercó a la primera fila para coger la pelota y sacar cuanto antes pero Ishbia la retuvo, por lo que el serbio, con gesto extrañado, empujó levemente con su codo al dueño de Phoenix -quien exageró antes de caer sentado en la silla sin problemas- y un espectador hizo lo propio con Jokic mientras otros fans dedicaban gritos al referente de Denver.
Sin que este incidente con algo de tensión llegara a mayores, Jokic se llevó una falta técnica y el espectador fue expulsado del estadio.
Al margen de ese roce, el segundo periodo destacó por un duelo muy vistoso de estrellas en ambos equipos, Durant con 10 puntos en ese cuarto y Jokic con 15, para cerrar la primera parte prácticamente en tablas (63-61).
Los fuegos artificiales continuaron tras el descanso.
Un Jokic exquisito sumó 18 puntos solo en ese periodo mientras que un Booker perfecto (6 de 6 en tiros) explotó con 17 tantos en el mismo cuarto.
Con las defensas de vacaciones en ambos equipos, los Nuggets entraron en un terreno peligroso y a priori favorable a los Suns al aceptar el peliagudo reto de ver cuál de los dos ataques era el más potente cuando en el equipo rival había dos máquinas anotadoras como Booker y Durant.
Jokic y Booker se tomaron un respiro en el inicio del cuarto periodo con 98-92 en el marcador y en ese tramo emergió un invitado inesperado: un Shamet maravilloso que firmó cuatro triples sin fallo (116-106 con 4.56 para el final).
Los Nuggets no se dieron por vencidos y con Murray apoyando a Jokic se plantaron a solo 3 puntos (121-118) y todavía con 1.44 en el reloj.
Sin embargo, Denver, todavía con -3, perdió un salto entre dos a 23 segundos del final (con posible falta de Deandre Ayton), Jokic falló con -5 una bandeja aparentemente sencilla y los Suns sentenciaron su triunfo en los tiros libres.
¡Síguenos en nuestras redes sociales y descargar la app!