El viernes 13 de diciembre todo transcurría con normalidad en la casa de la familia Guillén, en el sector La Laguna de Coche, kilómetro 2 de la carretera Panamericana. Los padres se encontraban trabajando y en la casa quedaban adolescentes, niños y un recién nacido.
Aproximadamente a las tres de la tarde, Yoselin López, de 17 años, quien tenía 15 días de haber dado a luz a su bebé, se disponía a preparar algo de comida cuando, por razones aún no informadas por las autoridades, se produjo un incendio. Vecinos señalaron que habría sido producto de fallas en la bombona de gas.
En medio de la desesperación, el grupo se disponía a salir cuando se dieron cuenta de que faltaba una de las pequeñas. Al parecer regresaron a buscarla y las llamas les cerraron el paso. La única salida era escapar hacia el primer piso.
El grupo de nueve menores llegó a un cuarto. Pidió auxilio y los vecinos trataron de rescatarlos, pero todo fue en vano. El humo y las llamas ganaron la batalla y los nueve menores murieron.
Este caso es el más reciente de una larga lista de hechos en los que hay un elemento en común: el gas.
Una tendencia sin respuestas
En 2024 se mantuvo la alarmante tendencia de explosiones de gas doméstico e incendios que se han presentado a lo largo de los últimos tiempos. Este año hubo varias tragedias que dejaron decenas de muertos y heridos.
El caso de La Laguna de Coche, con nueve menores fallecidos, no es el peor del año. Cuatro meses antes, el 13 de agosto, en el Barrio Unión de Petare, una explosión de gas dejó 13 muertos y al menos 21 heridos.
Desde enero de 2024 se registraron al menos 18 siniestros relacionados con gas doméstico, explosión de bombonas, incendios o intoxicaciones. Las muertes superan las 40, según informaciones publicadas por medios digitales.
Mantenimiento ¿defectuoso?
La reiteración de estos incidentes deja en evidencia que la situación no se limita a accidentes imputables a los usuarios, sino que podría haber una razón subyacente que requiere de una investigación oficial y de medidas que garanticen la seguridad de la ciudadanía.
Por una parte podríamos encontrarnos ante una serie de fallas provocadas por la falta de mantenimiento de las bombonas y sus válvulas, mangueras y conectores. Por la otra, analistas están preocupados ante el déficit de bombonas que hay en el país.
“No hay renovación, ni mantenimiento, y esto queda en evidencia al observar las bombonas en las calles, con abolladuras, golpes, oxidación, pinturas descascaradas y muy sucias”, señala William Hernández, analista de temas de petróleo y energía, quien indicó que debería activarse un plan nacional de sustitución de los cilindros.
Pero es una incógnita la cantidad de bombonas que deberían ser reemplazadas para mitigar esta crisis, serían varios millones de ellas, tomando en cuenta la vida útil de las bombonas que oscila entre siete y diez años, con mantenimientos periódicos de sus componentes y revisión de su estado.
Al no haber mantenimiento ni rotación, muchas bombonas en uso podrían haber superado su vida útil, lo que aumenta el riesgo de explosiones. Además es necesario revisar componentes como válvulas y mangueras que deben ser renovadas periódicamente, ya que sus sellos y elasticidad pueden comprometerse fácilmente.
Otro aspecto a tomar en consideración es que muchas personas manipulan los cilindros y no les dan un trato adecuado, lo que aumenta el riesgo.
Como si esto fuese poco, también se han denunciado fallas en la operación de llenado de los cilindros, cuya sobrecarga podría provocar explosiones mucho más intensas.
«Esas bombonas que hoy vemos no hubiesen pasado una prueba como las que antes se hacían, una bombona corroída era sacada de circulación rápidamente. Antes se compraban grandes lotes para renovar, eso hoy no se ve», apunta Francisco Alvarado, exempleado de Digas, empresa de distribución de gas doméstico.
La crisis de explosiones de bombonas de gas amerita adoptar medidas para su manejo seguro. Especialistas dan algunas recomendaciones para prevenir accidentes.
√ Es necesario que todos los miembros de la familia sepan identificar las señales de alerta y sepan qué hacer.
√ La principal señal de falla es el olor a huevos podridos. Si lo siente, evite encender luces, ventile el área y evacúe de inmediato la casa. Si es posible cierre la llave de gas.
√ Otra señal es el color de la llama de la cocina, si es naranja puede haber una fuga o mala combustión. Cuando la bombona está escarchada, el cilindro podría estar sometido a presión excesiva.
√ El monóxido de carbono es un asesino silencioso, ubique detectores en el hogar y procure tener ventilada el área de la cocina.
√ Evite usar bombonas en mal estado. En caso de recibir una dañada, reporte el caso a los distribuidores.
√ No intercambie los picos de las bombonas ni sobreapriete las roscas al hacer conexiones.
√ Ubique las bombonas en lugares ventilados que no reciban sol ni calor directo. Evite arrastrarlas y golpearlas, deben transportarse aseguradas y en posición vertical.
√ Tenga como norma revisar regularmente todo lo relacionado con el gas en su hogar, buscando daños en mangueras, conexiones y bombonas.
√ En su residencia o sector, establezca un protocolo de acción en caso de fugas de gas.
√ En caso de fugas de gas alerte a residentes y vecinos y llame a los bomberos para reportarla.
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