Madrid.-«La emoción del ciclismo entra en un cuadro», proclama el cartel de la exposición del pintor Miguel Soro (Xátiva, 45 años) que se inaugura este jueves en el Palacio de Baena de la localidad madrileña de Sevilla la Nueva, en la que se juntarán los rostros de grandes campeones, como Bahamontes, Coppi, Induraín y Contador, con personajes románticos y anónimos, como aquellos que buscaban avituallamiento en los bares y fuentes públicas en el Tour de los años 40.
El artista español, quien ha expuesto recientemente en el Museo de Bellas Artes de Pau (Francia) y en el Palacio del Monferrato de Alessandria (Italia) con motivo del centenario del nacimiento del mítico Fausto Coppi, llega a Sevilla la Nueva cargado con su estilo personal de técnicas mixtas de acrílico/collage para exponer sus emociones nacidas de sendas pasiones: el ciclismo y la pintura.
Soro no deja indiferente a nadie que observe sus cuadros, y mucho menos a los aficionados al ciclismo, que observan los rostros en acción, con vida, de figuras legendarias como Bahamontes, Indurain, Pedro Delgado, Luis Ocaña, José Manuel «Tarangu» Fuente, Contador, Coppi y Bartali.
A la vez, Soro hace renacer a pinceladas aquellos tiempos del ciclismo romántico de los años 30 a los 60, cuando los ciclistas hacían etapas de más de 300 kilómetros y debían parar en un bar o fuente pública para reponer fuerzas, o en un taller para reparar la bicicleta con sus propias manos.
En definitiva, el principal artista en el mundo dedicado en exclusiva al tema del ciclismo, exprofesional de este deporte, mezcla el romanticismo del ciclismo clásico con las figuras españolas, juntos por primera vez en las paredes del Palacio de Baena, de estilo herreriano, símbolo de Sevilla la Nueva, también conocido como La Casa Grande.
«Esa época antigua en blanco y negro es la que me atrapa, entro en ella y me resulta inspiradora, pero esta vez he decidido hacer un guiño al ciclismo moderno, sobre todo español, con su ilustres campeones, aquellos que han exportado este deporte al mundo entero»
DOBLE PASIÓN EN LOS LIENZOS: EL CICLISMO Y LA PINTURA
Miguel Soro ha vivido el ciclismo desde niño, su padre era aficionado y dos tíos competían con un equipo de la tierra. Miguel empezó a montar en bicicleta a los 9 años en la escuela de Xátiva, dirigida por el padre de Pascual Momparler, actual seleccionador nacional.
Pasó por todas la categorías, y con cierto éxito. En juveniles acudió al Mundial de 1994 que ganó Miguel Morrás, donde compartió la hazaña con Pablo Lastras, Paco Mancebo, Fenollosa y Eladio Jiménez. «España», recuerda, «ganó el primer mundial en ruta».
Como esprinter que era, pincel en mano ha ganado varios concursos de pintura rápida, su especialidad antes de ser reclutado en exclusiva por la temática ciclista. A los 28 años dejó el ciclismo y cambió de rumbo. Adoptó los valores del deporte del pedal, «constancia, trabajo, y esfuerzo» y entró en el mundo artístico.
La vida le cambió con aquella decisión. Aunque a veces se relaja pintando paisajes al aire libre, su pasión es crear sobre lienzo y con la técnica del «collage» su pasión ciclista, con sus ídolos preferidos.
«Soy pasional y pinto lo que me gusta, con el ciclismo transmito todos mis sentimientos, es mi tema. Desde pequeño he oído hablar de Bartali, Merckx, Coppi… de eso se hablaba en casa», señala Miguel Soro, dejando claro que «siempre» será ciclista.
SU ARTE SE UNIÓ AL RECUERDO DE COPPI EN ITALIA
De todos los ciclistas que ha plasmado en sus cuadros es Fausto Coppi, «Il campeonissimo», quien más ha inspirado al pintor setabense, » por el misterio que envuelve y su raza de campeón». Además, la obra de Soro tiene un gran reconocimiento en Italia.
«La exposición del Palacio del Monferrato, sede del Museo de Ciclismo de Alessandria y lugar histórico del ciclismo, fue emocionante. Fue un dialogo apasionante entre mis obras y las fotografías históricas referentes a la vida de Coppi»
Desde la exposición de Pau, en verano del 2019, «hubo un antes y un después» en la trayectoria de Miguel Soro.
«Fue una muestra larga en el tiempo, en un lugar privilegiado, y con la visita de grandes campeones del Tour de Francia, como Greg Lemond, Bernard Thevenet ó Joop Zoetemelk».
La obra de Miguel Soro no se detiene, la pasión por el ciclismo y por la pintura viven en su día a día. Entre sus anhelos inmediatos proyecta más romanticismo, reflejar, por ejemplo, la figura de Angelino Soler, mítico ciclista valenciano ganador de la Vuelta a España 1961. Con la rapidez del esprinter, su paisano pronto verá su imagen entre los más grandes.
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