A dos años del apagón del 7 de marzo de 2019, muchos venezolanos recuerdan con preocupación los cinco días que permanecieron sin luz, agua, gas e internet. Ese día, una falla general en la central hidroeléctrica, Simón Bolívar, desconectó y causó fuertes daños en Venezuela.
Al día siguiente, los medios de comunicación explicaban que el apagón afectó prácticamente a toda Venezuela, con cortes en 23 de los 24 estados y en la capital. A la vez, fallaban las líneas telefónicas y no había conexión a internet.
Los venezolanos en el exterior conocieron rápidamente la situación pero debido a la escasa señal que había, era muy difícil contactar a sus familiares en el país. Durante esos días, Venezuela se volvió noticia a nivel mundial pues el apagón duró en algunos estados entre cinco y siete días continuos.
Agua y gas: otras preocupaciones
Pero la falta de electricidad, a pesar de ser el problema más notorio, no fue el único motivo de preocupación; el agua y el gas era lo que más necesitaban los venezolanos.
Carolina Alvarado, habitante del sector La Mora en Cabudare, estado Lara recuerda que “lo que más nos quitaba la paz era el agua porque no había y entonces, tampoco teníamos electricidad, era complicado conseguirla. Una vecina tenía un tanque grande y allí todos íbamos a agarrar 1 tobo por persona para que rindiera porque al tercer día no sabíamos cuánto iba a durar y éramos muchos.”
La falta de gas, también era preocupante, ante esto, muchos optaron por cocinar con leña lo que tenían en sus neveras y congeladores para que no se dañara.
“Una pareja joven de la urbanización que tenía una carnicería, trajo carne y pollo, cocinaron todo con leña en una parrillera y la repartieron porque no querían que se les dañara y prefirieron regalarla, habían muchos que no teníamos para comer” dijo Alvarado.
Esto ocurrió con muchos negocios y locales, debido a la falta de electricidad, muchos optaron por regalar los alimentos a las personas que iban pasando por la calle. En varias panaderías se podía ver una fila de niños que esperaban pan o pedazos de torta que regalaban los dueños.
Pacientes renales
El apagón, mantuvo en vilo a los pacientes renales, en especial a la Unidad de Diálisis de Barquisimeto, que esperaban largas horas para ser atendidos, debido a la falla eléctrica.
Carmen Padilla, paciente renal, aseveró desde afuera de la Unidad, que tenían que ser dializados 96 pacientes, distribuidos en los tres turnos. Además señaló que se quedaron en medio del apagón los pacientes del turno de la noche.
Frank Pacheco, artista plástico de 57 años, murió en el Hospital Universitario de Caracas luego de ocho días sin diálisis y de sufrir otras complicaciones. El apagón le dio la estocada, pues las plantas eléctricas no funcionaban en su piso.
“Hubo un examen que no se logró hacer, un tratamiento que no se logró conseguir, no había ascensores, no había especialista en nefrología el fin de semana. Fue una semana muy convulsionada”, relató su ahijada, Gabriela.
Son muchos los problemas que enfrentaron los venezolanos durante aquellos días, problemas que se agravaban con el pasar de las horas y que dejó una huella imborrable en quienes lo vivieron. Los problemas que debían mejorar, solo han empeorado con el pasar de los años. Las protestas por agua, luz y gas, no cesan. Y la situación actual no se aleja de aquella realidad.
Eliagnis Mora
Fotos: Archivo El Informador Venezuela
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