Una de las dudas más comunes a la hora de cocinar es la de usar aceite de oliva o de girasol. Aunque el primero es el más habitual en nuestra cocina, hace años el segundo se utilizaba en todos los hogares, y ahora vuelve a estar muy presente por su ligereza, que permite mantener el sabor de los alimentos que se cocinan con él.
el alto contenido en ácidos grasos esenciales lo convierte en una referencia dietética, según la Fundación Española de Nutrición.
Además de su precio inferior mucho más bajo que el de oliva, el aceite de girasol cuenta con vitamina E, presente también en los frutos secos, lo que aporta antioxidantes naturales y estimula el sistema inmunitario.
Sus características digestivas lo hacen ideal para la elaboración de mayonesas, aunque también se usa para frituras, soportando hasta 170 grados. De hecho, debido a su menor coste, es habitual que muchas personas usen el aceite de girasol para freír productos que necesitan mucho aceite. No obstante, las propiedades del aceite de girasol no resisten tan bien a las altas temperaturas, como sí es el caso del de oliva. Así, la vitamina E, en la que es rica, no se absorbe del mismo modo en las frituras que en crudo.
Valor nutricional
- Carlorías: 899 kcal
- Grasas: 99,90 gramos
- Sodio: 0 mg
- Carbohidratos: 0 gramos
- Fibra: 0 gramos
- Azúcares: 0 gramos
- Proteínas: 0 gramos
También posee vitamina A y un gran aporte de vitamina E, aunque para que sea aprovechada se debe tomar en crudo.
Propiedades y beneficios
Antioxidante
Su alto contenido en vitamina E protege al organismo contra los radicales libres, al tiempo que también ayuda a prevenir contra el cáncer y otras enfermedades degenerativas.
Previene enfermedades cardiovasculares
El aceite de girasol contiene ácidos grasos poliinsaturados, entre los que destacan el ácido linoleico (omega 6), que ayuda a reducir el colesterol y los triglicéridos en la sangre. Además, estas sustancias no son producidas por el cuerpo y deben ser adquiridas a través de la dieta.
Antiinflamatorio
Se trata de un producto que ayuda a combatir la artritis, dolores en articulaciones y huesos.
Beneficios para la piel
El consumo del aceite de girasol aporta vitaminas y antioxidantes que protegen la piel contra los rayos solares. Además, ayuda a retener la humedad de la piel y contribuye a la formación de elastina y colágeno.
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