Londres.-Todas las cosas fascinantes en la vida de Desmond O´Keeffe comenzaron cada vez que una persona entraba en su tienda de reparación de pianos en el mercado londinense de Camden. Una de ellas fue la profesora que lo acabó convenciendo para cargar a cuestas uno de sus instrumentos hasta una aldea remota del Himalaya indio.

La mujer quería ir hasta la aldea de Lingshed -en la región india de Zanskar, a más de 4.000 metros de altura- para enseñar música a los niños de una escuela. En 2014 entró en Camden Piano Rescue, la tienda de O´Keeffe, y le aseguró que, pese a sus deseos, no sería capaz de llevar un piano hasta el Himalaya.

«Yo te llevaré un piano a Zanskar», respondió O´Keeffe. Así, con una frase, fue cómo nació el relato del que los autores del documental «Piano to Zanskar» (2018) creen que es el piano a mayor altitud del mundo.

Según cuenta a Efe uno de los directores de este filme, Jarek Kotomski, la cinta nació tras una «coincidencia feliz»: se enamoró de un piano tras verlo en internet y entró a la tienda de O´Keeffe para comprarlo.

El instrumento estaba vendido, pero su visita acabó con una inspiradora conversación de tres horas y una propuesta perfecta para su documental de debut, realizado junto a su mejor amigo, Michal Sulima.

EL «SEÑOR AMABLE»

Las circunstancias «tiraron por la ventana» el plan inicial del documental para «mejorarlo», pues la idea original era desmontar el piano y subir cómodamente las piezas en yaks hasta Lingshed, pero finalmente tuvieron que bajarlas por una empinada ladera, con la ayuda de unos sherpas.

Una alternativa mucho más peligrosa, que incluso llevó a O´Keeffe a plantearse el abandono del proyecto. «La vida de un hombre vale más que la de un maldito piano», afirma el propietario de la tienda en el documental.

Este instrumento de cuerda pulsada formó parte de la familia de O´Keeffe durante generaciones. Para él, arreglar pianos era «la cosa más aburrida que uno puede imaginar», pero desde los 20 años dedicó su vida a ello.

También a «mejorar el mundo y la vida de los demás, especialmente la de la gente joven», según comenta Kotomski, que asegura que «no quedan muchas personas como Desmond en el planeta»: un hombre con un corazón enorme, gran sentido del humor y un alma «lírica». Por este motivo se ganó el apodo de «Mr. Gentle» (Señor Amable).

EL PIANO MÁS ALTO DEL PLANETA

En el trayecto el piano se cayó y se dañó, por lo que, hasta el último instante no supieron si sonaría. Pero Desmond, aún tocado por una bronquitis, montó el instrumento y reparó meticulosamente una a una las cuerdas del piano.

Desde Lingshed y con la cordillera más alta del mundo como telón de fondo, el piano de la renombrada como «Sala de Música del Señor Desmond» replicó a Mozart en un concierto que Kotomski recuerda como una de las «mejores sensaciones del mundo».

Allí volvió el «Señor Amable» anualmente durante cuatro años para afinar y mantener con vida al piano más alto del planeta. Lo haría por última vez en 2018. O´Keeffe falleció en octubre de ese año, tras haber visto proyectado meses antes en Edimburgo el documental de su hazaña, apenas unas semanas después de volver de Zanskar.

En aquella fecha se congeló el tiempo para Camden Piano Rescue, que permanece cerrada desde entonces, con varios pianos polvorientos y las paredes llenas de partituras y de historias que contar. Por delante de su puerta, en uno de los mercadillos más bulliciosos de Londres, pasan cientos de personas cada día sin reparar en ella ni en la nota que hay en su puerta y que recuerda la historia de O´Keeffe.

«Piano to Zanskar» es, en esencia, un ejercicio de serendipia. Miles de casualidades y golpes de suerte que hicieron realidad un proyecto que parecía imposible, y que confía en poder dar a conocer pronto internacionalmente la vida del «Señor Amable», un hombre pegado a un piano.

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