Carlos Alcaraz
El español Carlos Alcaraz practica en la Cancha Central de Wimbledon con el serbio Novak Djokovic antes de Wimbledon en Londres, Reino Unido. EFE/EPA/TOLGA AKMEN

«Quiero ganar el título», primeras palabras de Carlos Alcaraz en la rueda de prensa previa al inicio de Wimbledon, un reflejo del deseo del tenista y de la ambición de conquistar un tercer título consecutivo en el All England Club que le elevaría a un altar con los mejores en esta superficie.

Solo Novak Djokovic, Roger Federer, Pete Sampras y Bjorn Borg han conseguido el triplete consecutivo en la hierba londinense en la Era Abierta y ahora Alcaraz inicia una serie de siete encuentros para unirse a ellos. Aunque el dato histórico no esté en su cabeza.

«Quiero ganar, pero no pensando cuántos lo han ganado tres veces seguidos», admitió un tenista que trata de no ponerse más presión y expectativas que las que ya tiene de por sí el hombre que parece ganarlo todo.

Porque desde la derrota ante David Goffin en Miami, ha ganado 27 partidos y solo perdido uno, la final de Barcelona ante Holger Rune.

Ha coleccionado por el camino Montecarlo, Roma, Roland Garros y Queen’s y ha creado un aura de invencibilidad que le eleva como favorito en una Catedral en la que ha ganado catorce encuentros seguidos.

Su cuadro, además, parece haber sido tocado por una varita, porque debutará ante Fabio Fognini, todo un veterano con mil batallas a las espaldas y del que no se espera, en ningún escenario, una sorpresa este lunes.

Mientras que, su camino no esconde muchos baches, Riedi o Tarvet en segunda ronda, Felix Auger-Aliassime en tercera, Rublev, en octavos, Rune, en cuartos, Taylor Fritz o Alexander Zverev, en semifinales, y la traca fuerte está en el otro lado del cuadro.

Libre de Djokovic hasta una hipotética final

Alcaraz se ha librado de Novak Djokovic, Alexander Bublik, Jack Draper y Lorenzo Musetti hasta una hipotética final.

También ha evitado, como ya se sabía por su condición de segundo cabeza de serie, al número uno del mundo, Jannik Sinner, que llega en una situación de ligera inestabilidad tras despedir a su fisio, Ulises Badio, y a su preparador físico, Marco Panichi, a menos de una semana del inicio de Wimbledon.

«No ha pasado nada loco», respondió Sinner, que no dio excesivos detalles de por qué tomó un riesgo tan grande en la previa de un torneo que le expone directamente.

Quizás su peor superficie, aquí su tope fueron las semifinales de hace dos años y necesita romper la racha de cinco derrotas con Alcaraz para que la rivalidad no se desbalancee más.

Optimismo de Sinner

El optimismo para Sinner es que la única vez que se cruzaron aquí, en 2022, la victoria se la quedó él, pero en ese momento Alcaraz estaba aún tierno y ni siquiera había ganado su primer Grand Slam.

Detrás de estos dos monstruos está el tercero en discordia, Novak Djokovic, el siete veces campeón que llega sin la presión del favoritismo pero con el fantasma del tiempo llamando a su puerta.

«Probablemente, mi mejor oportunidad (para ganar el 25 Grand Slam)», reconoció Djokovic, que llegó a las semifinales del pasado Roland Garros para que lo superara ahí con claridad por Sinner.

Sin partidos en Hierba

Es por eso que se apunta a que si el serbio tiene una ocasión para desempatar de una vez con Margaret Court es en la hierba del All England Club, donde ha alcanzado las seis últimas finales y estuvo una década sin perder en la pista central.

A sus 37 años, poco o nada se le puede exigir al campeón de todo, que ha llegado a este Wimbledon sin partidos oficiales en hierba, disputando únicamente una exhibición en el oeste de Londres donde cayó derrotado ante el ruso Karen Khachanov.

Tampoco llega con excesivo rodaje Sinner, que ganó un partido en Halle ante Yannick Hanfmann y perdió el siguiente con Bublik, mientras que el que más ritmo acumula es sin dudas Alcaraz, que se llevó en Queen’s el cuarto título en hierba de su carrera.

Fuera de estos tres candidatos, Jack Draper parecía la cuarta opción, pero el británico no tendrá que soportar solo las expectativas de su país, sino también un cuadro diabólico que le ha cruzado con Marin Cilic, finalista en 2017, en segunda ronda, con Bublik, campeón en Halle, en tercera, con Jakub Mensik, ganador en Miami, en octavos de final, con Djokovic, en cuartos, con Sinner, en semifinales, y con Alcaraz, en la final.

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