Miami, Estados Unidos.  Con mucho sufrimiento pero también con un fantástico espíritu de resistencia, Carlos Alcaraz superó este jueves los cuartos de final de Miami y disputará el viernes su segunda semifinal consecutiva de un Masters 1000 tras la que perdió hace solo dos semanas contra Rafa Nadal en Indian Wells.

Alcaraz, número 16 del mundo con solo 18 años, remontó al serbio Miomir Kecmanovic, que ocupa la posición 48 de la ATP, por 6-7(5), 6-3 y 7-6(5) en un exigente y enrevesado partido de dos horas y 23 minutos.

La gran sensación 

El español, la gran sensación de este 2022 en el tenis mundial, jugará este viernes en semifinales ante el polaco Hubert Hurkacz, que es el actual campeón del torneo y que venció en cuartos al ruso Daniil Medvédev (número 2 de la ATP).

El partido no se disputará antes de las 19 horas locales (23 horas GMT).

Alcaraz es el último representante español en Miami tras el abandono en cuartos de Paula Badosa, pero para continuar en el torneo tuvo que doblegar a un hueso durísimo de roer como Kecmanovic.

Víctima liquidada

El serbio partía en principio como «víctima», pero para aterrizar en cuartos había ganado a rivales de mucha entidad como Taylor Fritz, campeón este año en Indian Wells; o Felix Auger-Aliassime, noveno en el ránking de la ATP.

Kecmanovic dejó claro ante Alcaraz las razones de su gran paso por Miami y demostró una asombrosa confianza y una admirable fiabilidad que redujeron al mínimo sus fallos (16 errores no forzados frente a los 40 de Alcaraz).

El murciano tuvo que apretar los dientes, no se desesperó tras perder el primer set y logró darle la vuelta al encuentro con nueva exhibición de garra, extraordinaria calidad y tenis del máximo nivel.

EXIGENTE REMONTADA

Kecmanovic comenzó el partido arrasando.

El serbio logró un ‘break’ en el primer turno al saque de un Alcaraz algo precipitado, desplegó su catálogo de golpes con voleas perfectas y globos sorprendentes, y se puso 0-3 en poco más de 9 minutos de partido.

El español trataba de reencontrarse en la pista, pero Kecmanovic se mostraba totalmente robusto con su derecha, movía a Alcaraz desde el fondo de la pista y no ofrecía dudas en su juego.

Despertarse y expulsar sus nervios

Se gritaba a sí mismo Alcaraz, como si intentara despertarse y expulsar sus nervios, hasta que llegó el primer momento de debilidad de Kecmanovic.

Con 2-4 y 40-0 a su favor, Kecmanovic titubeó hasta llegar al 40-40 y Alcaraz exhibió su mejor tenis hasta entonces para romper el saque de su rival e igualar el set (4-4).

Mucho más equilibrado tanto en sensaciones como en marcador, el partido parecía condenado al ‘tie break’ con dos tenistas muy peleones y que lo daban todo en cada punto.

Kecmanovic había dominado la primera manga

Ahí se impuso Kecmanovic, que había dominado la primera manga y que exhibió frialdad y buen hacer en la muerte súbita para cerrar el set por 6-7(5) en 53 minutos.

Esta era la primera manga que había perdido el español en esta edición de Miami.

Lejos de venirse abajo, Alcaraz pisó el acelerador en el comienzo del segundo set y, tras un precioso globo que dejó pasmado a Kecmanovic, logró un rápido ‘break’ para colocarse 3-0.

Gesto serio y poco dado a reflejar emociones

Kecmanovic, de gesto serio y poco dado a reflejar sus emociones, ya no era la roca contra la que Alcaraz se dio de cabeza una y otra vez en el primer set.

Consolidando su evidente mejoría con su derecha y aprovechándose además del ligero bajón de su rival, Alcaraz ganó el segundo set por 6-3 en 36 minutos para llevar el encuentro a la tercera manga.

Alcaraz lucía un gran revés y parecía más agresivo en el resto y en la red que Kecmanovic, pero ambos conservaron sus respectivos saques en el arranque del set definitivo (3-3).

Muy firme y sin grietas aparentes

Kecmanovic seguía muy firme y sin grietas aparentes, lo que obligaba a Alcaraz a no cometer ni un solo error.

Hubo un momento delicado con el serbio restando para ganar el partido y 15-30, pero el español tiró de orgullo y levantó al público al empatar una vez más el set (5-5).

De vuelta en la muerte súbita, Kecmanovic tenía el viento a su favor con un «mini-break», pero Alcaraz no se rindió, mantuvo la cabeza fría y, con un puntazo desde la red, se sacó el billete para las semifinales con maestría.

EFE noticias

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