Berlín.- Las autoridades alemanas conmemoraron hoy el final de la II Guerra Mundial como «liberación del nazismo» aunque, como recordó el presidente Frank Walter Steinmeier, se necesitaron tres generaciones para asumirlo así.
«El 8 de mayo de 1945 fue el final de la dictadura nazi, el fin de noches y bombas y marchas de la muerte, de crímenes alemanes sin precedentes y de la quiebra» de la civilización que supuso el Holocausto, dijo Steinmeier en un acto transmitido por televisión.
El plan original era realizar un gran acto de Estado en Berlín pero la pandemia del coronavirus obligó a que la ceremonia se realizará con un círculo reducido de participantes.
Los únicos asistentes a la ceremonia fueron, además de Steinmeier, la canciller Angela Merkel; el presidente del Bundestag, Wolfgang Schäuble; el primer ministro de Brandeburgo y presidente de turno del Bundesrat, Dietmar Woidke, y el presidente del Tribunal Constitucional, Andreas Voßkuhle.
Todos ellos depositaron ofrendas florales en la «Neue Wache», un monumento a todas las víctimas de las guerras y de las dictaduras en cuyo centro hay una gran reproducción de una escultura de Käte Köllwitz que representa a una madre con un hijo muerto en sus brazos.
A ellos se sumó el trompetista Lorenz Jansky, que interpretó algunas piezas musicales que ayudaron a darle al acto cierto aspecto fantasmal.
«Esta soledad nos permite volver al 8 de mayo de 1945. Entonces los alemanes estábamos solos. Derrotados militarmente, moralmente en el suelo y nos habíamos ganado al mundo entero como enemigo», dijo Steinmeier.
«Aprovechemos el silencio. Le pido a todos los alemanes que recuerden a las víctimas de la guerra y del nacionalsocialismo. Piensen en lo que significa el 8 de mayo para su vida y para lo que hacen», agregó.
LA LIBERACIÓN INCONCLUSA
La idea del 8 de mayo como día de la liberación procede de un discurso de uno de los antecesores de Steinmeier, Richard von Weizsäcker, pronunciado en 1984, que en su momento causó resistencia de parte de sectores conservadores.
«Creo que hoy tenemos que leer la frase de Richard von Weizsäcker, de otro modo la liberación no es algo que esté terminado. En 1945 nos liberaron, hoy tenemos que librarnos de la tentación de un nuevo nacionalismo», dijo Steinmeier.
«La liberación vino de fuera, tenía que venir de fuera, este país estaba demasiado maniatado por su propia culpa. No ocurrió en un solo día, fue un camino largo y doloroso, y de décadas de lucha contra el silencio», añadió.
Esa lucha por mantener viva la memoria, según Steinmeier, es algo que continúa y que nunca puede terminar, y aseguró que si actualmente el mundo confía en Alemania es porque el país ha asumido su historia.
«Solo porque asumimos nuestra historia los pueblos del mundo nos han dado nueva confianza. No hay patriotismo alemán sin quiebres. La historia alemana es una historia rota», aseguró.
COMPROMISO CON EUROPA
Alemania, según Steinmeier, es un país que solo se puede amar «con el corazón roto y quien lo niega no solo niega los crímenes del nazismo sino todo lo bueno que hemos hecho desde 1945».
«La memoria no es una vergüenza, el negacionismo si es una vergüenza», sostuvo el presidente.
La lección clave de la guerra, el «Nie wieder» (nunca más), significa para Steinmeier también un «nunca más solos» y por eso, añadió, existe el deber de mantener Europa unida.
«Tenemos que mantener Europa unida, si no lo conseguimos no somos dignos del 8 de mayo. Si Europa fracasa, fracasa el ‘nunca más'». dijo.
El monumento de la Neue Wache se construyó, por iniciativa de Helmut Kohl, tras la reunificación de Alemania y forma, junto al monumento a las víctimas del Holocausto, uno de los principales símbolos contra el nazismo y el militarismo que existen en Berlín.
Rodrigo Zuleta EFE
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