Berlín.- Alemania rechazó el proyecto de ley que hubiera convertido, por defecto, a todo ciudadano en potencial donante de órganos, a cambio de un propuesta surgida de los Verdes que exigirá el consentimiento expreso, en un país situado aún en el furgón de cola europeo en ese aspecto.

La fórmula defendida por el ministro de Sanidad, el conservador Jens Spahn, similar al modelo español -líder mundial en donación y transplantes de órganos- no logró la mayoría parlamentaria: 292 diputados votaron a favor, frente a los 379 en contra.

Sí lo hizo, en cambio, la propuesta defendida por la líder de los Verdes, Annalena Baerbock, destinada asimismo a paliar el claro déficit alemán en materia de trasplantes, pero sin entrar en el automatismo de considerar donante a todo aquel que no haya expresado explícitamente su rechazo.

La fórmula de Baerbock implicará pedir regularmente a todo ciudadano mayor de 16 años ese consentimiento -cada diez años o al renovar su carnet de identidad-. E irá acompañada de campañas divulgativas en consultas médicas. Para la líder verde, el auténtico obstáculo para la donación de órganos en Alemania no es la falta de disponibilidad de los ciudadanos, sino las trabas burocráticas en la práctica hospitalaria.

Pese a compartir con el ministro, de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Angela Merkel, el objetivo de activar las donaciones, Baerbock argumentó que el proyecto de ley implicaba caer en la simplificación o la automatización ante algo relevante como el proceder con el cuerpo de una persona tras su muerte.

VICTORIA PARLAMENTARIA VERDE

Baerbock logró 432 apoyos, frente a los 200 votos en contra. Un resultado que supone además una victoria para el partido al que los sondeos colocan como segunda fuerza a escala nacional, tras el bloque conservador de Merkel, y en condiciones de luchar por la Cancillería en las generales previstas para 2017.

Spahn encajó su derrota con una «lógica decepción en lo personal», admitió ante los medios tras la votación. Pero se mostró alentado por el apoyo mayoritario al objetivo compartido que «salvar vidas» y sacar a Alemania del déficit actual de donación de órganos.

Hoy por hoy, se estima que unos 9.400 pacientes esperan un trasplante de órgano en el país. «En ningún otro ámbito de la Sanidad pública alemana se sufre un retraso como en éste», había argumentado el ministro al pedir el respaldo de la cámara a su proyecto.

«La disposición a donar órganos debe convertirse en normalidad», afirmó. E insistió, ante los detractores de los automatismos, en que «cualquiera puede negarse a ser donante, basta declararlo y no es preciso alegar por qué razón».

UNA CÁMARA LIBERADA DE LA DISCIPLINA DE VOTO

El debate parlamentario estuvo marcado por la polarización entre ambas propuestas, la del ministro y la de los Verdes, presentada con el respaldo de La Izquierda. Para esa cuestión se había liberado a los parlamentarios de la disciplina de partido, para que cada uno votara según su conciencia.

Desde las filas conservadoras de Merkel hubo casi tantas intervenciones a favor como en contra del proyecto de ley del ministro. Destacables fueron las intervenciones de dos extitulares de Sanidad -la socialdemócrata Ulla Schmidt y el conservador Hermann Gröte-, ambos contrarios al automatismo de Spahn.

La oposición parlamentaria se mostró asimismo dividida entre la opción del ministro, la surgida de los Verdes o el rechazo a ambas.

ESPAÑA COMO REFERENTE

El caso de España se convirtió en referente del debate, tanto para los defensores del proyecto de ley de Spahn como para sus adversarios. En España rige desde 2012 la ley según la cual todo ciudadano es donante potencial, si no hay constancia expresa de su rechazo a ello. La cuota de donaciones se sitúa en 48 donantes por millón de ciudadanos, la más alta de la UE; en Alemania, la cifra es de 9,7 donantes, la más baja del bloque.

Para los detractores de la fórmula de Spahn, Alemania no puede pretender «exportar» el exitoso modelo español. Otros países europeos donde asimismo rigen sistemas similares -como Bulgaria- están por debajo de la media europea en cuando a donación de órganos. Para agilizar los trasplantes hay que dotar a Alemania de un sistema hospitalario «eficiente como el español», apuntó Baerbock.

Gemma Casadevall EFE

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