Redacción Internacional.- La advertencia de que la expansión del COVID-19 se está «acelerando rápidamente», según la Organización Panamericana de Salud (OPS), coincidió hoy con la amenaza del presidente de EE.UU., Donald Trump, de congelar los fondos que su Gobierno aporta a la Organización Mundial de la Salud (OMS), organismo de Naciones Unidas que trabaja en primera linea las actuaciones contra el coronavirus.

«En solo siete días, hemos visto cómo se han duplicado los casos y muertes en nuestra región. La pandemia se está acelerando rápidamente, insto a los Gobiernos a prepararse y a responder con la misma velocidad», dijo este martes Carissa F. Etienne, directora de la OPS, tras recordar que hasta el lunes había 384.435 casos y 11.270 fallecidos en todo el continente.

Un crecimiento que va desde Chile, que superó este día los 5.000 contagios (5.116 tras 301 casos nuevos y 43 muertes en total), hasta Cuba, que llegó a 11 fallecidos y 396 positivos tras un récord de 46 contagios nuevos.

MÁS MUERTOS QUE EN EL 11-S

Y todo esto pasando por EE.UU., el país más castigado del mundo por el coronavirus con al menos 387.547 casos, más del doble de quien le sigue en la lista, España (140.618), y con la ciudad de Nueva York convertida en el principal foco.

Tanto es así que, según los datos de las autoridades locales hasta el momento, con los 3.202 fallecidos registrados hasta este martes ya se superaron las víctimas fatales que los atentados del 11 de septiembre de 2001 dejaron en la Gran Manzana, cuando 2.753 personas murieron en las Torres Gemelas.

A este dato, hay que sumar los 731 muertos de este día (de un total de 5.489) que suponen la mayor cifra de fallecidos por coronavirus en el estado de Nueva York. Pese a ello, el gobernador Andrew Cuomo se mostró relativamente optimista tras decir que «se está alcanzando una estabilización» en nuevas hospitalizaciones, así como en ingresos en unidades de cuidados intensivos e incubaciones.

DE PRODUCIR EQUIPOS A «ENCAPSULAR» CIUDADES

Ante el complejo panorama, los países siguen ajustando las medidas para enfrentar una pandemia que ya deja más de 1,4 millones de contagios y 81.200 muertos en todo el mundo, de acuerdo con los datos más recientes de la Universidad Johns Hopkins.

Especialmente después de que en lugares como Brasil, que con 13.717 contagiados y 667 muertos es la nación latinoamericana más afectada por el coronavirus, varios especialistas hablan de que la enfermedad circulará “potencialmente” en el país hasta septiembre, con un pico entre abril y mayo.

Ante esto, el gigante suramericano intenta adquirir nuevos equipamientos de salud, estudia aumentar la producción nacional de máscaras y respiradores y busca acelerar las investigaciones con medicamentos como la cloroquina, mientras que Sao Paulo instalará en el complejo deportivo del Parque de Ibirapuera, el más visitado de la ciudad, su tercer hospital de campaña para atender a pacientes infectados.

Y en Guayaquil, que concentra la mayor parte de casos y muertes por coronavirus en Ecuador y que desde la semana pasada ha vivido una emergencia por falta de espacios para llevar los cadáveres de la ciudad, la alcaldesa Cynthia Viteri anunció que construirá dos nuevos cementerios para enterrar a las víctimas del COVID-19.

Medidas que son más radicales en casos como el de Bolivia, donde las autoridades decidieron que «a partir del día jueves a las 00.00 (04.00 GMT) horas vamos a encapsular Montero”, ciudad considerada como uno de los mayores focos de la enfermedad en el país y en donde sus más de 110.000 habitantes tendrán “movilidad cero”.

TENSIÓN POLÍTICA Y DRAMAS PERSONALES

Decisiones que aunque buscan proteger la vida de los habitantes de la región generan numerosos inconvenientes, como la tensión vivida este martes, en medio de gritos y forcejeos, entre bolivianos que piden cruzar desde Chile y militares que controlan el ingreso, cerca de un campamento de cuarentena para albergar durante 14 das a las personas que llegan.

A esto se suman las divisiones políticas en el país, por las que el Gobierno interino acusa a los seguidores de Evo Morales de aprovechar la situación para buscar un enfrentamiento social y político, algo rechazado por los copartidarios del expresidente, que acusa al Ejecutivo transitorio de Jeanine Áñez de criminalizar a quienes protestan por la forma en que se aplica la cuarentena.

Además, cientos de miles de personas a lo largo y ancho de América se enfrentan a la disyuntiva de proteger su salud o salir a buscar medios para sus subsistencia diaria. «No puedo dejar morir de hambre a los pelados (hijos) ni a la mujer, tengo que salir a camellar (trabajar)”, dijo este martes a Efe Alarson Ramos Peña, un vendedor ambulante de frutas y verduras de Cartagena de Indias (Colombia).

Sin embargo, las cuarentenas para impedir la propagación del coronavirus son las medidas más extendidas y de mayor eficacia, por lo que Perú (2.954 enfermos y 107 fallecidos, 15 más que el día previo) resolverá antes del Jueves Santo si alarga o no el confinamiento obligatorio, en vigor desde el pasado 14 de marzo.

«UNA NUEVA DÉCADA PERDIDA»

«La crisis del coronavirus va a hacer estragos en la economía de Latinoamérica, que se enfrenta a una nueva década perdida y que no puede contar con el apoyo de EE.UU. porque «no tiene sentido de comunidad», dijo a Efe Alicia Bárcena, secretaria de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

Una preocupación que se comparte no solo a nivel macro, como lo dejaron ver el 87 % de los empresarios mexicanos que, según un estudio publicado hoy, ven probable que haya despidos en sus compañías en las próximas semanas y meses.

Y en Paraguay, la pandemia ha llevado al cese a unos 20.000 trabajadores, un 5 % del sector formal, en cuatro semanas de aislamiento sanitario, aunque se prevé un subsidio único por el tiempo que dure la cuarentena, anunció este martes el Instituto de Previsión Social (IPS).

Y en Honduras el Banco Central aprobó una serie de medidas orientadas a reducir el impacto en la economía, incluidas la flexibilixación de las condiciones financiera para facilitar el funcionamiento del sistema financiero y de pagos del país y buscar propiciar el acceso al crédito a los distintos sectores económicos que ayuden a mitigar el impacto generado por la pandemia del coronavirus.

Ante esta situación, más de una veintena de ex jefes de Estado y de Gobierno iberoamericanos exigieron al G-20 «una respuesta global al coronavirus» para proporcionar «apoyo financiero de emergencia a las naciones emergentes y en desarrollo» por 8.000 millones de dólares.

Sin embargo, la vida continua, como se demostró en el estado de Wisconsin en (EE.UU.), donde funcionarios electorales con máscaras faciales y votantes manteniendo la distancia unos de otros asisten este martes a las elecciones primarias después de que la Justicia invalidara el decreto del gobernador demócrata Tony Evers que postergaba los comicios hasta el 9 de junio.

Y aunque se en un segundo plano, así continúa la contienda electoral en la que se baten los dos aspirantes a la candidatura presidencial demócrata para los comicios presidenciales de noviembre, el exvicepresidente Joe Biden, el favorito en las primarias de su partido de este martes, y el senador izquierdista Bernie Sanders.

 

EFE

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