Luis Brito, vendedor de condimentos a escasos metros del mercado municipal de Unare II. Foto: Níger Martínez

Casi todos los días, precios de los alimentos de la cesta básica de los venezolanos aumentan de costos en supermercados y mercados municipales de Ciudad Guayana, no existe control de precios, tampoco quien haga respetar la Ley del Precio Justo.

Luis Brito, vendedor de condimentos en el mercado municipal de Unare, Puerto Ordaz,  dijo que el negocio de la comida no decae, “la gente únicamente trabaja para comer; otros gustos y necesidades quedaron en un segundo plano”.

Expresó que “todo lo que sea comestible y esté a la venta, el consumidor hará un sacrificio para adquirirlo. El poco dinero que se gana es para comprar comida, no esperan el día siguiente para gastarlo, lo hace ese mismo día, si lo deja para  el siguiente día, ya tiene otro precio”.

Brito, expende todo tipo de condimentos para sazonar y realzar el sabor de los alimentos, tiene dos combos uno con 5 ingredientes el cual tiene un valor de 55 bolívares, el segundo contiene 8 sustancias en 85 bolívares, sin embargo, cinco bolívares más para aquellas personas que cancelan con tarjeta de débito.

Para el vendedor de sustancias y mezclas preparadas para darle sabor a la comida, siempre las ventas son buenas, según, él no sabe cuáles son los días malos para, desde que se instaló a un lado de un negocio que expende artículos de la cesta básica le ha ido bien, «no tengo porque quejarme, siempre llevó algo para la casa», apuntó.

La gente busca lo más económico, solo ganan para comer

Alimentos y “caña”

Luis Ortiz, asegura que la comida corre en pareja con el aguardiente, “ni uno, ni otro tiene pérdidas. Al que le gusta el ron, si es necesario sacrifica el dinero que gana para comprar alcohol y quedarse a las puertas de una licorería ingiriendo caña antes de llegar a su hogar”.

Dice que a partir del día viernes se puede ver en muchos expendios de licores de la ciudad, como se aglomeran las personas en los alrededores de las licorerías a beber cervezas, “es como observarlos haciendo colas en pequeños negocios de alimentos, comprando comida un poco más económico como: arroz, harina de trigo o harina de maíz precocida”.

En el mercado de Unare, al igual, en que el mercado municipal de San Félix, El Gallo y Chirica, vendedores compiten con los precios, el kilo de queso en algunos negocios se consigue en 165 Bs., mientras que en otros cinco bolívares menos; igual pasa con el pollo, huevos, verduras, entre otros.

Comerciantes compiten a precios asequibles para el consumidor

El bolsillo es el que decide que se puede comer

Carmen, dice que cuando le toca hacer mercado, camina de un extremo al otro la avenida 03 de Unare II, entre el bloque 11, hasta el 23, a un lado del mercado municipal para “estirar” el dinero de la quincena.

“La crisis económica que vivimos todos los venezolanos, cambió la diete en nuestros hogares. Antes podías comer de todo, ahora es lo que tu bolsillo te indique”.

La mujer de casi 70 años de edad, mencionó que el día domingo almorzó arroz y caraotas; otras veces arroz y tajadas, solo come carne una vez en la quincena y pollo de vez en cuando, “a pesar que es un poco más económico que la carne, el kilo está en 190”.

De acuerdo a su experiencia los precios de los alimentos varían todos los días, “comerciantes aumentan las cosas a diario, nunca los consigues a precios asequibles, entonces tienes que visitar muchos negocios para que el dinero te pueda alcanzar”.

También pasa en la casa de Ana, ella manifestó que en su casa solo se produce para comprar alimentos, mientras que detergentes, líquidos para limpiezas y otras cosas necesarias deben esperar a «que entre algo de dinero extra».

 

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