Buenos Aires, Argentina.  Más de 11.000 personas se reunieron este martes en el centro de Buenos Aires para despedir el año corriendo los ocho kilómetros de la clásica carrera de San Silvestre, que este año estuvo amenizada con grupos musicales para celebrar su décimo aniversario.

En las calles había también gran cantidad de espectadores, que se agolpaban para animar a los participantes y para disfrutar de los 10 grupos musicales que participaron en la jornada, uno por cada año en que se celebró la edición argentina de este fenómeno mundial.

«Cuando corrimos 10 años atrás la primera edición corrieron menos de 800 personas», aseguró Rudy Giordano, uno de los organizadores del evento, que se mostró muy emocionado cuando anunció que más de 11.000 personas tomaron la salida este año.

Entre los participantes se encontraban personas de todo tipo, desde atletas que buscaban a toda costa bajar su marca personal a otros que ya desde el inicio fueron caminando, observando la ciudad, en un evento que mezcló lo deportivo con lo festivo casi a partes iguales.

En total, cinco fueron las categorías en la edición porteña de la San Silvestre, como se conoce a las tradicionales carreras atléticas de fin de año que se celebran en diferentes lugares del mundo: general, en silla de ruedas, no videntes, otras discapacidades y atletismo asistido.

Para algunos, la fecha era muy seria, como ocurrió con el ganador masculino, David Rodríguez, quien completó los ocho kilómetros en 24 minutos y dejó un deseo claro para el nuevo año.

«Como todo corredor soñamos con llegar a la mínima para ganarme los Olímpicos en 42 kilómetros», destacó.

En la parte femenina la vencedora fue Chiara Mainetti, campeona argentina de montaña, quien también se mostró exultante y valoró el ambiente amistoso del evento.

«Si te gusta correr vas a estar acá el 31, terminándolo de esta manera», aseguró.

Para algunas como la porteña Juanita Redada este evento supone el culmen a un año de esfuerzos.

«Es algo hermoso, todo el año lo hago, despertarme a las 4.30, venir, correr, prepararse para esto. El desafío es venir y bajar la marca de todos los años», valoró.

Muchos corredores participaron disfrazados, con gorros o pelucas similares a los que llevarán este año para recibir el año, y algunos potaban banderas de sus países de origen, como hizo Javier Núñez, oriundo de Madrid, que aprovechó sus vacaciones en Argentina para sumar una nueva carrera a su historial.

«He hecho varias San Silvestre en España, en Vallecas, y he venido de vacaciones y no me lo podía perder», afirmó.

A pesar del cansancio de la carrera, aseguró que eso no será un impedimento para festejar esta noche, y prometió que lo hará en dos ocasiones, cuando sean las 00.00 en España y, cuatro horas después, cuando el reloj argentina marque el inicio de un 2020 que seguro traerá muchos más kilómetros a las piernas de estos 11.000 corredores.

EFE

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