San Francisco, Estados Unidos. El nuevo iPhone 12 cumple los requisitos para ser el teléfono base de Apple de cara al futuro, un dispositivo de diseño atractivo con la vista claramente puesta en los próximos cuatro o cinco años, con apuestas como la compatibilidad 5G y el MagSafe.
Que Apple tenía que sacar un teléfono compatible con la nueva red de altísima velocidad estaba claro desde hace tiempo y, pese a ello, cuando ha llegado el momento, las circunstancias aún no parecen ser las más propicias, con el 5G con todavía mucha menos presencia geográfica de la que era de esperar.
EL 5G COMO INVERSIÓN DE FUTURO
Eso convierte esta capacidad del nuevo iPhone más en una inversión de futuro para el consumidor que en una ventaja inmediata, puesto que a medida que el 5G vaya ganando más y más terreno y llegando a más lugares, este no tendrá necesidad de actualizar su teléfono para poder acceder a la red.
En los lugares en que esta red ya está disponible, el iPhone 12 la detecta automáticamente y cambia a ella sólo si es necesario (para descargar, reproducir vídeo, etc.), optimizando así la vida de la batería, puesto que la conexión a 5G consume más recursos.
Al margen de la conectividad, lo que más llama la atención del nuevo teléfono estándar de Apple es su diseño: con sus 6,1 pulgadas, es más pequeño que el iPhone 11, y sus costados de aluminio completamente planos recuerdan a modelos anteriores que dejaron buenos recuerdos en el público como el 4 o el 5.
En general, se trata de un modelo atractivo y compacto, con marcos muy finos, cómodo de sostener con la mano y poco resbaladizo, aunque si eso ocurre, la pantalla de cerámica transparente debería ofrecer una resistencia hasta cuatro veces mayor a la de las versiones anteriores.
PANTALLA OLED Y NEGROS INTENSOS
Por primera vez en el iPhone estándar, la pantalla es OLED, lo que proporciona un color de muy alta calidad, especialmente en relación a la intensidad del negro, a la altura del modelo Pro más sofisticado.
La otra apuesta de futuro además del 5G es la inclusión por primera vez en un iPhone del sistema magnético MagSafe (heredado de los MacBook), que, unido al hecho de que el teléfono se vende sin cargador, apunta a este método como la idea que Apple lleva en la cabeza para cargar sus teléfonos en los próximos años.
Eso sí, el cargador inalámbrico para MagSafe se tiene que comprar por separado (39 dólares; 45 euros en Europa), por lo que al echar cuentas conviene añadir esta cifra si no se dispone ya de cargadores de modelos antiguos.
El cargador inalámbrico -más lento que un cargador convencional- se adhiere con fuerza al teléfono y se puede sujetar por el cable sin que este caiga, lo que resulta una garantía para evitar accidentes.
LA AUTONOMÍA DE LA BATERÍA, LO MÁS FLOJO
La autonomía de la batería es precisamente uno de los aspectos más flojos del nuevo iPhone, puesto que pese a que el procesador A14 Bionic debería ayudar a mejorar la eficiencia energética -además de aumentar la velocidad-, el teléfono apenas aguanta un día entero sin necesidad de recargarse.
Las cámaras traseras -un gran angular que ahora añade modo noche y un ultra gran angular- son muy parecidas a las del iPhone 11 y siguen siendo por tanto unas de las opciones de mayor calidad que ofrece el mercado, especialmente cuando se trata de grabar vídeo.
En líneas generales, el iPhone 12 es un teléfono base de gran calidad, diseño atractivo y preparado para no quedar obsoleto en los próximo años, aunque antes de tomar cualquier decisión hay que tener en cuenta que el precio puede terminar siendo mayor si se le suma el cargador o se desea una versión con más capacidad que 64 GB.
EFE noticias
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