Buenos Aires.- Luis Arce, candidato a la Presidencia de Bolivia por el partido de Evo Morales y favorito en los sondeos, se mostró seguro en una charla con Efe de que ganará en primera vuelta los comicios de mayo y que será él y no el exmandatario quien tome las decisiones en ese Gobierno.
Una administración que deberá centrarse, remarcó, en «reconstruir la economía» destrozada por el Ejecutivo «de facto» de Jeanine Áñez.
En una entrevista en Buenos Aires, donde desde hace dos meses vive Morales, a quien califica como el «líder indiscutible» de su partido, Arce se mostró contento por una reciente encuesta que le dio un 31,6 % de intención de voto, por delante de sus principales competidores, Carlos Mesa (17,1 %) y Añez (16,5 %), pero afirmó que puede obtener «más».
«Somos la única opción popular en el país y la única opción real para volver a darle estabilidad y crecimiento a la economía y a los bolivianos», aseveró quien fuera ministro del área económica durante todo el mandato de Morales (2006-2019).
¿SEGUNDA VUELTA?
De conseguir en las elecciones del 3 de mayo lo que reveló el sondeo de Ciesmori, el candidato del Movimiento al Socialismo-Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS-IPSP) no ganaría en primera vuelta, ya que para ello se necesita un 50 % de los votos más uno o que el primero supere el 40 % y a la vez consiga una diferencia de 10 puntos respecto al segundo.
Sin embargo, el economista, de 56 años, no cree que se dé ese escenario y vislumbra su triunfo de forma directa: «Yo creo que hay un voto oculto todavía en mi país, lamentablemente. Hay temor. Hay mucha persecución política, hay mucho acoso político, cualquier persona que diga que es del MAS es subversiva, es sediciosa».
Sobre sus contrincantes, Arce cree que son «exactamente lo mismo», el «retorno del neoliberalismo», aunque se mostró dispuesto a debatir con ellos «cuando quieran».
«Somos los que hemos demostrado que sí se puede hacer una economía con crecimiento económico, con distribución del ingreso y mejora cualitativa en la calidad de vida de la gente», argumentó quien es considerado artífice del desarrollo económico que el país andino registró durante los últimos catorce años.
CANDIDATURA BAJO OBSERVACIÓN
Las candidaturas aún se consideran provisionales porque el Tribunal Supremo Electoral mantiene bajo revisión algunas, entre ellas la de Arce y la del Morales, que se presenta a senador.
«La observación era que en el texto de declaración que yo hago de que residí en el país 5 años, no debería haber puesto que residía 5 años, sino que residía al menos 5 años. ¡Fíjese usted la observación que me hace este tribunal!», criticó.
«Nuestra candidatura no la ve con buenos ojos el Gobierno actual ni los partidos de oposición y van a ponernos piedras en el camino. Nos han observado de todo, absolutamente cosas superfluas», afirma el exministro.
A esta situación se suma el proceso judicial abierto contra él a finales de enero, por haber formado parte del directorio de la entidad estatal Fondo Indígena, investigado por el desvío de unos 143 millones de dólares que no llegaron a proyectos de desarrollo.
«Yo no soy ningún corrupto, no soy ningún ladrón», se defendió.
UNA MISIÓN INTERNACIONAL
Desde el MAS ponen en duda que esté garantizada la «transparencia» en los comicios, por lo que piden observadores internacionales en todo el proceso.
«Vamos a ganar las elecciones y nadie nos garantiza que nos van a entregar el gobierno. Queremos que las cosas estén claras y que participe la opinión internacional», sentenció, y reprochó a Áñez que decidiera presentarse a pesar de que el Gobierno interino que encabeza tenía como «misión únicamente» convocarlas.
La últimas elecciones se llevaron a cabo en octubre pasado, pero sobre ellas pesa la sombra del fraude a favor de Morales, que había sido declarado vencedor para un cuarto mandato consecutivo.
Tras un informe de la Organización de Estados Americanos en el que se advertían irregularidades en los comicios, Morales acabó renunciando en noviembre denunciando un golpe de Estado contra él, del que acusaba a la oposición y a mandos policiales y militares.
El expresidente se asiló primero en México y pidió refugio después en Argentina, y en medio del vacío de poder, Áñez, senadora opositora a Morales, asumió la Presidencia con el objetivo de tranquilizar al país en medio de la fuerte convulsión social de aquellas semanas y convocar elecciones.
«Tenemos que reconstruir la economía, la han destrozado en 3 meses», insiste Arce.
Consultado por quienes dicen que podría ser una especie de títere de Morales, el candidato elegido por el MAS aclara que será el presidente del país el que tome las decisiones.
«Hay muchas cosas que hay que coordinar con el Legislativo, pero al final la decisión del día se toma en el Ejecutivo», aseveró.
«Yo estuve catorce años en el Ejecutivo. Conozco perfectamente que (en) las decisiones no se espera ninguna consulta, son decisiones que se toman inmediatamente. Ya he respondido con eso quién va a tomar las decisiones», argumentó.
SU EVENTUAL POLÍTICA EXTERIOR
Esta misma tarde, antes de viajar de nuevo a Bolivia para proseguir allí la campaña, el candidato del MAS será recibido por el presidente de Argentina, Alberto Fernández. «Creo que hay buenas perspectivas de tener un relacionamiento comercial e inversiones entre Bolivia y Argentina provechosa para ambos», destacó.
Arce recalcó que de llegar al Gobierno retomará la política exterior del Ejecutivo de Morales.
«Este gobierno de facto rompió relaciones con Cuba, con Venezuela, y es un gobierno de transición. (…) No puede un gobierno transitorio (…) tomar decisiones estructurales en la economía del país como la negociación del gas, del litio y sobre las relaciones internacionales con los países, ignorando el daño que está haciendo», enfatizó.
Sobre la situación de Venezuela y la gestión de Nicolás Maduro, Arce insistió en no opinar: «Nadie tiene que entrometerse en la vida de ningún país», concluyó.
Rodrigo García EFE
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