Buenos Aires.- Argentina alega que la salida de la exministra ecuatoriana María de los Ángeles Duarte desde Quito a Caracas se debió a «la impericia de oficiales» de su país de origen y no a la complicidad de la diplomacia argentina, según explicó este martes su presidente, Alberto Fernández.
En una carta dirigida a su homólogo, Guillermo Lasso, y publicada en su cuenta de Twitter, el mandatario argentino recordó que Duarte, quien estaba refugiada en la embajada de ese país en Ecuador, «gozaba de plena libertad», por lo que Argentina no tenía «ni el deber de custodia sobre ella ni ninguna capacidad de acotar sus movimientos».
La marcha a Venezuela de la exministra ecuatoriana «escapa absolutamente a la voluntad y a la capacidad de decidir de las autoridades diplomáticas» de Argentina, continuó la misiva.
En su texto, Fernández consideró que la expulsión de Ecuador del embajador argentino, Gabriel Fuks, fue una «reacción desmesurada» que lastimó «el buen vínculo» entre ambas naciones.
«La gravedad y la injusticia de esa decisión demuestra que es su exceso lo que verdaderamente lastima la relación de nuestros pueblos», reiteró el presidente argentino quien, no obstante, indicó que la situación es «fácil de remediar» si Lasso corrige «el error».
A primera hora de este martes, el expresidente ecuatoriano Rafael Correa (2007-2017) defendió la «integridad» de Fernández en un mensaje en redes sociales en el que acusó a Lasso de destrozar «la relación» con Argentina.
«Lasso: lo del presidente Fernández se llama INTEGRIDAD. El único que puso por delante su canallada, corrupción y mala fe eres tú, y así destrozaste la relación con un país hermano. NADIE te cree, y cada vez estás más solo a nivel nacional e internacional #ParaTontoNoSeEstudia», escribió Correa en Twitter.
El exmandatario, que reside en Bélgica como refugiado para protegerse de una condena a ocho años de cárcel por corrupción dictada en 2020 en Ecuador, está en Buenos Aires para participar del III Foro Mundial de Derechos Humanos, inaugurado el lunes.
Lasso recriminó a Fernández que ponga su amistad con Correa, en cuyo gabinete se encontraba Duarte, por delante de la relación entre ambos países.
Las relaciones entre Ecuador y Argentina se tensaron en los últimos días tras la huida a Venezuela de Duarte, que llevaba más de dos años y medio refugiada en la Embajada de Argentina en Quito junto a su hijo menor para evitar ser encarcelada por una condena de ocho años de prisión por cohecho, en el mismo caso donde fue condenado Correa.
Ya en diciembre pasado, el Gobierno de Fernández aceptó otorgar el asilo a Duarte, aunque el de Lasso se negó a entregar a Duarte un salvoconducto para viajar a Buenos Aires sin ser detenida.
La huida de la exministra a Caracas, sin que se conozcan los detalles de su viaje, crispó al Ejecutivo de Lasso, que expulsó al embajador argentino en Quito, bajo sospecha de complicidad en la fuga de Duarte.
También el Gobierno argentino, que niega haber facilitado la huida, solicitó el retiro del embajador ecuatoriano, Xavier Alfonso Monge.
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