Otra temporada. Otro equipo. Otro título de bateo para Luis Arráez.
Aún no es oficial. Los Bravos y los Mets podrían finalizar la temporada regular 2024 con una doble cartelera el lunes. Pero el doblete del venezolano en el sexto inning el domingo prácticamente aseguró que el venezolano terminará con el promedio de bateo más alto en la Liga Nacional.
Arráez se fue de 3-1 en el último juego de la temporada regular de los Padres, una derrota por 11-2 ante los D-backs, finalizando con un promedio de bateo de .314, un número que parece fuera del alcance de sus perseguidores más cercanos, Shohei Ohtani de los Dodgers y el dominicano Marcell Ozuna de los Bravos. Una vez oficial, el título de bateo de Arráez le negará a Ohtani – líder del Viejo Circuito en jonrones y carreras impulsadas – la Triple Corona de la L.N.
Ohtani finalizó la temporada en .310 y Ozuna está en .304 y necesitaría al menos nueve hits en la doble cartelera del lunes ante los Mets para alcanzar a Arráez.
«Esto es especial para mí», dijo Arraez. «Estoy aquí para jugar béisbol, para ayudar a mi equipo a ganar, para hacer las pequeñas cosas para ganar y, hombre, creo que lo logré».
Una vez oficial, el título de bateo de Arráez significará que Ohtani, el líder de la Liga Nacional en jonrones y carreras impulsadas – se quedó corto en la búsqueda de la primera Triple Corona en la L.N. desde Joe Medwick en 1937.
«Hermano, él puede hacer muchas cosas buenas», comentó Arráez, cuyo título de bateo en 2022 también evitó que Aaron Judge ganara la Triple Corona. «Es diferente».
Arráez: líder bateador con tres equipos diferentes
Arráez terminó con exactamente 200 hits en 637 turnos al bate, y está a punto de convertirse en el primer jugador en la historia de las Grandes Ligas en ser líder bate con tres equipos diferentes. Y lo habrá hecho en tres temporadas consecutivas, además.
Arráez — quien admitió haber pasado una noche inquieta sabiendo lo que estaba en juego el domingo — terminó la temporada con exactamente 200 hits en 637 turnos. Cuando llegó tranquilo a la segunda base con su doble en la sexta entrada, el dugout de los Padres estalló en celebración. En la mitad inferior del inning, Arráez fue reemplazado en la defensa por Donovan Solano en la primera base.
«Qué bateador increíble, qué persona increíble», comentó el manager de los Padres, Mike Shildt.
«Ha sido una parte crucial de este grupo. Creo que el récord lo demuestra: desde que adquirimos a Luis, ha significado mucho para este equipo».
Después de ganar el título de bateo con los Mellizos en el 2022 y luego con los Marlins en el 2023, Arráez está a punto de convertirse en el primer jugador de los Padres en ganar un título de bateo desde Tony Gwynn en 1997. (Apropiadamente, ahora el campeón bate de la L.N. recibe el Premio Tony Gwynn).
Papel en Los Padres
Los Padres, que utilizaron la llegada de Arráez para impulsar su camino a la postemporada, no tienen la intención de dejar que se extienda su racha a cuatro coronas con cuatro novenas distintas en el 2025.
San Diego adquirió a Arráez a principios de mayo y lo colocó en la parte superior de su potente alineación, una amenaza necesaria como bateador zurdo con habilidad para embasarse.
Arráez fue llamado al Juego de Estrellas, aunque no participó debido a una lesión en el pulgar izquierdo. También ha lidiado recientemente con molestias en la rodilla izquierda. A pesar de todo, siguió bateando.
«Es más grande», dijo Arráez. «Porque he luchado mucho este año con mi cuerpo».
Casi 200 hits para él
Arráez acumuló 159 de sus 200 hits esta temporada con los Padres. Esa es la segunda cifra más alta para un jugador que fue adquirido por un equipo en medio de una campaña, solo detrás de los 167 hits del dominicano Franklin Taveras después de pasar de los Piratas a los Mets en 1979.
Desde agosto hasta septiembre, Arráez tuvo una racha de 141 apariciones al plato consecutivas sin poncharse, la más larga en 20 años y la segunda más larga en la historia de la franquicia. (En 1995, Tony Gwynn alcanzó 170 visitas al home sin poncharse).
«Agregas a Luis a eso, y es como el prototipo de lo que buscamos: un tipo que toma turnos difíciles, maneja el bate y mueve la pelota», enumeró Shildt.
«Es muy bueno con dos strikes, pone la bola en juego. Solo fortaleció la identidad del equipo y la afianzó un poco más».
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