En un avance significativo para la astroquímica, la sonda New Horizons de la NASA capturó fotografías en 2019 de Arrokoth, un objeto espacial del Cinturón de Kuiper con una peculiar figura semejante a la de un muñeco de nieve y una distintiva coloración rojiza.

Este cinturón, ubicado más allá de la órbita de Neptuno, es un disco repleto de asteroides y otros cuerpos celestes, entre los cuales se destaca Arrokoth.

En principio, Arrokoth se caracteriza por estar compuesto de un par de prominencias que suman aproximadamente 34 kilómetros de ancho, encontrándose expuesto a las ventiscas solares y a la radiación interestelar.

Esta exposición constante transforma los hielos primitivos de su superficie en moléculas orgánicas, otorgándole su color rojizo. Pese a la evidencia visual, el proceso exacto detrás de este fenómeno continuaba siendo desconocido para los astrónomos.

Origen del color

A raís de esto, se llevó a cabo una reciente investigación por especialistas de la Universidad de Hawai y publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Science, ha proporcionado una explicación a este misterioso color.

El equipo de expertos sugiere que la radiación espacial podría estar generando azúcares y glicerol en la capa externa de Arrokoth, lo que le conferirá un sabor similar al caramelo y al jabón.

El profesor Ralf I. Kaiser, de la Universidad de Hawai y líder del estudio, señaló que este trabajo representa un paso inicial hacia la comprensión de las moléculas que conforman las superficies ricas en hidrocarburos de los objetos del Cinturón de Kuiper.

De igual manera, mencionó que la presencia de amoníaco, agua y metanol en estos cuerpos celestes sugiere que futuros experimentos podrían desvelar aún más sobre la diversidad cromática de estos objetos a nivel molecular.

Emulación de las condiciones

Para simular las condiciones de Arrokoth, los científicos replicaron la exposición a la radiación espacial en el laboratorio, utilizando un flujo de electrones de alta energía sobre hielo compuesto de metanol y monóxido de carbono.

La cantidad de radiación aplicada en el experimento se diseñó para emular 1.800 millones de años de exposición espacial.

Esta radiación indujo un conjunto de reacciones químicas que resultaron en la formación de hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP), compuestos comunes en el cosmos.

Sin embargo, el hallazgo más notable fue que los hielos irradiados también crearon glucosa, alosa y glicerol, detectados a través de técnicas espectroscópicas.

Los investigadores postulan que otros cuerpos semejantes a Arrokoth en el Cinturón de Kuiper, ricos en compuestos azucarados, podrían haber colisionado con la Tierra en sus etapas formativas, aportando moléculas prebióticas y agua.

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