Las autoridades sudafricanas informaron este jueves de que aumentaron de 16 a 17 las personas muertas -entre ellas tres niños- la pasada noche por una fuga de gas ocurrida en un asentamiento informal en el norte del país.
El suceso ocurrió en el asentamiento de Angelo, cerca de la ciudad de Boksburg, a unos treinta kilómetros al este de Johannesburgo.
El jefe del Gobierno de la provincia de Gauteng (donde se encuentra esa zona), Panyaza Lesufi, confirmó hoy desde el lugar de la tragedia que son ya 17 los muertos después de que una persona pereciera en el hospital.
«Hay uno que lamentablemente falleció», declaró Lesufi a los periodistas, en referencia a las víctimas hospitalizadas.
«Los que están en el hospital son once. Esas son las cifras que obtuve el jueves por la mañana», precisó el mandatario.
Horas antes, el portavoz de los Servicios de Gestión de Desastres y Emergencias de la Ciudad de Ekurhuleni (municipalidad de la que forma parte Boksburg), William Ntladi, había cifrado el número de muertos en 16.
«Puedo confirmar que hubo envenenamiento por gas. En el lugar se encontró un cilindro de óxido de nitrato», explicó Ntladi en declaraciones recogidas en medios locales.
Aparte de los fallecidos, precisó el portavoz, otras víctimas fueron «resucitadas tras la intervención de los paramédicos» y trasladadas a un hospital para recibir tratamiento médico.
«Los ingresados en el hospital son 16 en total, de los cuales cuatro se encuentran en estado crítico y otros once en estado grave pero estable. Mientras que uno ha sido admitido en un estado de plena conciencia», había agregado el portavoz.
Según medios locales, las víctimas podrían ser mineros irregulares que utilizan el óxido de nitrato para extraer oro de yacimientos en la zona.
«Esto de la minería ilegal está fuera de control», reconoció Lesufi.
«El equipo de emergencia y la unidad forense trabajaron durante la noche (y) peinaron la área. También movilizamos nuestros helicópteros sólo para asegurarnos de que toda la área esté peinada (y) no nos perdemos nada», añadió.
Tras conocerse el accidente, el presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, expresó su «profunda tristeza por la devastadora y trágica pérdida de vidas inocentes en el asentamiento informal de Angelo», y envió sus «más sentidas condolencias a las familias que han perdido a sus seres queridos».
Además, Ramaphosa instó a los investigadores a «llegar al fondo de lo que pudo haber causado este accidente para evitar desastres similares en el futuro», según una nota oficial emitida por su portavoz, Vincent Magwenya.
El incidente tuvo lugar después de que el pasado 24 de diciembre al menos 41 personas murieran en Boksburg por la explosión de un camión cisterna de gas.
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