Expertos de la universidad Kings College de Londres, encontraron que los ataques de asma generan un mayor daño en los pulmones y buscan nuevos tratamientos para prevenir futuras secuelas.
Explicaron que, las células que revisten las vías respiratorias, durante un ataque de asma se estrechan hasta explotar, causando un gran daño en el recubrimiento de las vías.
En otras palabras, el músculo que conforma la capa más lisa de las vías respiratorias comienza a encogerse y tensarse, siendo más conocido como broncoconstricción.
De hecho, destacan que si bien las personas asmáticas cuentan con diversas medicaciones e inhaladores, las cuales disminuyen considerablemente la inflamación y permiten la apertura de la vías, los ataques producidos con mucha frecuencia pueden generar cicatrices permanentes y comprimir las vías respiratorias.
Según la profesora y jefa del estudio, Jody Rosenblatt, el «revestimiento epitelial es la primera línea de defensa del organismo contra infecciones», sin embargo, a raíz de la broncoconstricción «se daña».
«Si podemos bloquear el daño, esperamos que los ataques dejen de producirse», añadió.
Innovador tratamiento
Es por ello que, tras una extensa investigación, hallaron un elemento que sería capaz de acabar con dicha afección, además de proteger al sistema respiratorio de futuras secuelas.
Recientemente, los expertos encontraron que el gadolinio podría ser la clave para un tratamiento eficaz, aunque solo han realizado pruebas con algunos ratones, las cuales han resultado positivas.
La doctora especializada en pulmones y asma, Samantha Walker, afirmó que el «descubrimiento abre nuevas puertas que pueden ser importantes para explorar posibles nuevas opciones de tratamiento que necesitan desesperadamente las personas con asma».
«Sabemos que hay muchas personas para las que los tratamientos existentes no funcionan tan bien, por lo que es vital que sigamos financiando la investigación para encontrar nuevos tratamientos que aborden mejor las causas del asma», finalizó.
Sin embargo, hace hincapié en que hasta que no se demuestre la efectividad al 100% del nuevo tratamiento, las personas asmáticas se mantengan con sus respectivos tratamientos.
Por ahora, continuarán evaluando la efectividad y seguridad del elemento hasta que pueda ser evaluado en personas.
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