Orlando, Estados Unidos. Cuando Disney World abrió sus puertas en Orlando hace 50 años lo hizo con 23 atracciones. Algunas sucumbieron al paso del tiempo y con la llegada de nuevas tecnologías y personajes, pero la mayoría todavía disfruta del favor de los millones de turistas que cada año se dejan llevar por la nostalgia.
Más de 10.000 personas acudieron aquel 1 de octubre de 1971 a la apertura del parque Magic Kingdom a disfrutar de la llamada magia de Disney y de las 23 atracciones, 20 de las cuales eran réplicas de las ya existentes en Disneyland en California, que había abierto en 1955.
El empresario Walt Disney no pudo ser uno de ellos, pues murió pocas semanas después de que anunciara en 1965 la creación de Walt Disney World, entonces con solo dos hoteles y Magic Kingdom.
Pero quién sí estaba era Tom Morris, que aunque ahora tiene 62 años todavía se acuerda de aquel día en el que voló sin sus padres desde California para asistir a la apertura de Magic Kingdom, a más de 3.000 millas (5.000 kilómetros) de su casa.
Todo surgió, explicó a Efe, porque en una de las casas a las que este repartidor de periódicos tiraba a primera hora de la mañana su ejemplar del diario era un ejecutivo de Disney, que, sabedor de sus ganas de estar en la inauguración del parque temático, hizo unas llamadas y consiguió que le trataran casi como un VIP.
EQUILIBRIO ENTRE NOSTALGIA Y MODERNIDAD
Quizás fue ese viaje a Disney World lo que inspiró a Morris a entrar a la empresa y trabajar durante 42 años en la división que desarrolla los parques y colaborar en el diseño de atracciones de Disney por todo el mundo.
Morris, que ejerce actualmente como una especie de historiador de Disney, asegura que el parque mantiene el «mismo espíritu» de entonces, aunque la «tecnología es mejor», pero consigue lograr el equilibrio entre la «nostalgia y ofrecer cosas nuevas».
Un cargo similar al de Morris es el de Stacia Martin, que durante sus más de 40 años de carrera en Disney se dedicó a dibujar caricaturas de los asistentes a los parques, lo que le permite conocer de primera mano lo que sucedió durante años en el parque.
Si la atracción favorita de Morris sigue siendo La Mansión Encantada, Martin duda entre «El Vuelo de Peter Pan» y «Country Bear Jamboree», una revista musical de estilo country y protagonizada por osos, todas ellas que formaban parte del Magic Kingdom de 1971.
A pesar de la importancia de la nostalgia, los dos se muestran muy abiertos a «reimaginar» las atracciones más clásicas para mantenerlas vigentes dado el panorama del cine y la televisión ha cambiado de una «forma tan vasta» en estos 50 años.
CLÁSICOS CONTEMPORÁNEOS
A pesar de ese paso del tiempo hay atracciones que mantienen una gran afluencia, como la «Dumbo, el elefante volador» o el paseo por el cielo de Londres que realiza Peter Pan, Wendy y sus hermanos.
En estas atracciones menos intensas que las grandes y más modernas montañas rusas de Magic Kingdom, la fila de espera es más corta y está compuesta mayoritariamente por los polos opuestos en edad: los más pequeños y los que bien podrían ser sus abuelos.
Uno de los seguidores de Dumbo es Roy Quispe que, sin duda, elige este vuelo a baja altura por los recuerdos que le trae de su niñez, cuando entre las enormes orejas del elefante se sorprendió al ver desde más cerca el tradicional espectáculo de fuegos artificiales que cada noche ilumina el Castillo de Cenicienta. «Pensé que estaba volando», explicó a Efe.
MADUREZ DESIGUAL
Hay otras atracciones que han envejecido algo peor, como el circuito de carreras Grand Prix Raceway, que probablemente hace 50 años pareciera que sus bólidos lo eran más e incluso con una velocidad punta superior.
Aunque seguramente fuera la misma y todo es cuestión de percepción, como le sucede a la atracción de tiro «Frontierland Shootin’ Arcade», más propia ya de pequeñas ferias de pueblo y muy lejos ya de las experiencias que ofrecen los videojuegos actuales de su tipo.
Por contra, las tazas giratorias del «Mad Tea Party» y el Carrusel (tiovivo) mantienen en cambio ese punto de nostalgia que le da un elemento encantador para los que apuestan por lo más clásico.
Influirá también quizás la música pegadiza y que se ha mantenido inalterada durante estas décadas o ese elemento de descanso ante el habitual ajetreo y las intensas emociones de otras experiencias en el parque las que hacen de estos clásicos un remanso de paz (toda la que puede haber en el siempre bullicioso Disney World).
Este fue el caso de los García, un matrimonio de sexagenarios colombianos que explicaron a Efe que hicieron una parada en el «It’s a small world» para disfrutar del relajado paseo en bote para ver las pequeñas figuras sobre las diferentes culturas del mundo mientras el aire acondicionado les hacía olvidar el calor que todavía se vive en este inicio de octubre en Orlando.
Mientras, afuera, Magic Kingdom y todo el Walt Disney World Resort en su conjunto se preparan para disfrutar de 18 meses de celebraciones por su cincuentenario y se modernizan a pasos agigantados para mantenerse vigentes, incluidas las princesas y Mickey Mouse.
EFE noticias
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