Panamá.- El alza de los feminicidios registrado durante el 2020 en Panamá es una consecuencia del abandono institucional y social de las mujeres, dejadas a su suerte ante la amenaza creciente de la violencia doméstica y machista, dijo a EFE la socióloga y experta en temas de género Eusebia Solis.

El año cerró con 30 feminicidios, según cifras preliminares del Ministerio Público de Panamá (MP), por encima de las 21 registradas en el 2019.

Pero ese dato solamente es «la punta del témpano», pues hay que prestar atención a las «miles de denuncias» presentadas a lo largo del año por violencia doméstica, que es donde anida el origen del flagelo feminicida, consideró Solís.

De este total de muertes, el pico más alto fue en enero de 2020, con 10, solo dos meses antes de comenzar en el país la pandemia de la covid-19, seguido de otro del 7 en julio, ambos relacionados con casos extraordinarios.

En enero una mujer embarazada y 5 de sus hijos, dos niñas menores, y otra menor de 9 años, fueron asesinados por una secta religiosa en la comarca Ngäbe Buglé, y en julio se registró la masacre de siete jóvenes, entre ellas 4 mujeres, en la provincia caribeña de Colón.

Además de los 30 asesinatos por su condición de fémina en 2020 se registró , según datos oficiales hasta noviembre, la muerte violenta a 16 mujeres, frente a las 31 de 2019.

LA VIOLENCIA DOMÉSTICA Y SEXUAL

Para Solís, socióloga y consultora especialista en género, agua y pueblos indígenas, cuando se observan estos datos de feminicidio en el marco de la pandemia se debe tomar en cuenta el tema de las denuncias de violencia doméstica: «eso es un termómetro».

La cifra de muertes de mujeres por su sola condición de serlo «es un dato que desvela la punta del iceberg. La base del iceberg son las alrededor de 20.000 denuncias de violencia doméstica» presentadas cada año en Panamá.

«Muchos de esos feminicidios fueron denunciados como violencia doméstica antes de convertirse en feminicidios (…) hay un montón de mujeres viviendo violencia y nunca (se conocerá), pero vivieron toda su vida, hasta su muerte, la violencia», afirmó Solís.

De acuerdo con datos preliminares del Ministerio Público, hasta noviembre de 2020 se habían presentado 16.327 denuncias de violencia doméstica, la mayoría contra mujeres, 12.694 de ese total en plena pandemia.

La Fiscalía ha reconocido que la pandemia provocó una reducción de las denuncias de violencia doméstica durante los meses en que rigieron las restricciones a la movilidad en Panamá.

Solís señaló que también hay otras violencias que viven las mujeres, aunque sean menores de edad, y que tiene que ver con el tema de la violencia sexual.

En el país la mayoría de delitos sexuales denunciados se da en menores de edad, en un promedio de entre el 90 y 95 % «de niñas y adolescentes mujeres» muchas de ellas víctimas del delito de violación doblemente agravada o incesto, aseguró la experta.

La también activista y miembro del colectivo Espacio de Encuentro de Mujeres, resaltó que «hay una gran población infantil, niñas víctimas de la violación doblemente agravada y que se habla muy poco de ellas, pero que al final del año estamos en unos 300 casos» denunciados en Panamá.

«Son violencias que marcan a las mujeres para toda la vida», apuntó.

EL ABANDONO INSTITUCIONAL

Entre algunas de las cosas que fallan en Panamá, en opinión de Solís, es que a las mujeres se les conmina a que denuncien si son víctimas de violencia», pero luego de esto se las deja solas y prácticamente a merced sus victimarios.

Recordó que en Panamá es muy común que tras la denuncia le den a la mujer una boleta de protección para que se la entregue ella misma a su agresor para que estampe su firma, cuando en otros países esa labor la tiene la Policía.

Y al final de todo, esa boleta «es solo un papel», sin que se active una red institucional que apoye a la mujer y realmente la proteja

«Lo que aquí reina es el abandono a las mujeres víctimas de la violencia por parte del Estado, y sobre todo cuando se les pide denunciar y las dejan solas», pues no hay suficientes albergues de protección y existe una ausencia de compromiso del Estado en no llamar a un pacto nacional contra la violencia a las mujeres «como han hecho otros países».

En medio de ese abandono institucional Solís expresó, sin embargo, que no se puede decir que reina la impunidad en los delitos de feminicidio pues «en la mayoría de los casos se llega a la condena del femicida», muchas veces mediante acuerdos de pena.

La Fiscalía de Panamá ha reconocido que el aumento de femicidios en el 2020 se puede deber a una falta de «protección efectiva a las víctimas», y a que durante ese año el tiempo de convivencia con el agresor aumentó debido a las restricciones de movilidad por la covid-19.

 

EFE

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