Madrid, España. La red de líneas de transporte eléctrico tiene «enorme potencial» para su adecuación como corredores ecológicos para la pequeña fauna, pues acondicionando la base de las torres de alta tensión se puede aumentar la biodiversidad local y conectar poblaciones fragmentadas.
Así lo sugiere un estudio realizado por la Estación Biológica de Doñana, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España, junto a expertos estadounidenses, que publica la revista Diversity.
La investigación liderada por Miguel Ferrer pretende paliar los efectos del cambio climático antropogénico, que ya está afectando los sistemas ecológicos y la distribución de la biodiversidad y ha influido en el 80 % de todos los procesos biológicos, informó el CSIC en un comunicado.
El equipo realizó un experimento para determinar si las bases de las torres de las líneas de transporte de energía eléctrica podrían transformarse en reservas de biodiversidad para pequeños animales.
La respuesta ecológica más común al cambio climático son los cambios en la distribución de especies, pero la fragmentación del paisaje compromete la capacidad de dispersión limitada de especies.
Para el estudio, realizado en zonas de Córdoba y Jaén (Andalucía, sur de España), la superficie de unos cien metros cuadrados que delimita la base de los apoyos de las torres de transporte de energía eléctrica fue habilitada como refugio y se plantaron arbustos nativos.
«Nuestro experimento mostró que al modificar la base de las torres pudimos aumentar la densidad y diversidad de varias especies de invertebrados y pequeños mamíferos y, probablemente como respuesta a eso, especies y números de aves», sentenció Miguel Ferrer.
El estudio concreta que las modificaciones en la base de las torres «repercutieron significativamente» para hallar un número de individuos de pequeños mamíferos diez veces mayor en esos lugares que las bases donde se había hecho ninguna intervención.
Así, sugiere que «modificar la base de las torres eléctricas facilitaría potencialmente la conexión de poblaciones». Una idea «fácilmente aplicable en cualquier red de líneas de transporte en cualquier lugar del mundo, haciendo posible por primera vez construir redes de conectividad a escala continental», agregó Ferrer en el comunicado del CSIC.
Este sistema, mejoraría la conectividad, «mediante la provisión de una red de hábitat corredores o parches de trampolín que es, hoy en día, un concepto clave en la biología de la conservación y el paisaje», indicó.
Los apoyos de las líneas de redes de transporte eléctrico se suelen colocar a una distancia de unos 200-400 metros entre sí. Europa tiene red de casi 500.000 kilómetros y Estados Unidos alrededor de unos 254.000 kilómetros, lo que significa 2,5 millones y 1,27 millones de apoyos, respectivamente.
«Tenemos una gran superficie bajo las torres que podemos utilizar potencialmente para conectar poblaciones de especies con una capacidad de dispersión limitada en paisajes fragmentados», agregó Ferrer.
En España, donde la red de transporte cubre 44.000 kilómetros, el 15 % de las torres de transmisión están dentro de la Red Natura 2000 de la Unión Europea, lo que prácticamente conecta cada espacio natural protegido de la Península Ibérica.
EFE noticias
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