Madrid, España. El calendario deportivo de 2022 plasma la intención de las federaciones internacionales de retomar la rutina tras los cambios de fechas a los que obligó la pandemia en los dos años anteriores, aunque cualquier aparente normalidad salta por los aires cuando se constata que la Copa del Mundo de fútbol, la cita estrella del año, se disputará en noviembre en Catar.
El gran experimento de la FIFA -de momento, hasta que se apruebe el Mundial bienal- alterará ligas, convocatorias, vacaciones y torneos clasificatorios en el fútbol de todo el planeta, para desembocar en un torneo prenavideño del 21 de noviembre al 18 de diciembre, unas fechas insólitas para un Mundial.
La Copa reunirá a 32 selecciones que jugarán 64 partidos, repartidos por ocho estadios con aire acondicionado y separados entre sí por un máximo de 58 km.
En junio, el mes habitual de disputa de los Mundiales, las temperaturas en Catar oscilan entre los 41,2 y los 27,7 grados, mientras que en noviembre estarán en un rango entre los 29,5 y los 19,5, menos peligrosas para jugadores y público.
Las condiciones climáticas, pero también la situación de los derechos humanos y laborales en la sede mundialista, convierten al torneo en un foco de atención que excede lo deportivo, aunque en este ámbito el interés no es menor.
Francia defenderá el título ganado en Rusia 2018, una edición en la que Europa plasmó una supremacía incuestionable, con 10 de los 16 octavofinalistas y las cuatro plazas de semifinalistas. Las selecciones de Brasil y Argentina, ya clasificadas, encabezarán la nómina de equipos americanos que intentarán llevar la Copa a su continente por primera vez desde 2002, cuando la Canarinha ganó su quinto título.
El sorteo de la fase final se llevará a cabo el 31 de marzo.
El Mundial de noviembre no será en 2022 el único cuerpo extraño en el organismo balompédico. El 1 de junio las selecciones de Italia y Argentina disputarán la bautizada como ‘Finalissima’, un partido en Londres entre las campeonas de Europa y de la Conmebol, que coincidirá con la apertura de una oficina del ente sudamericano en la ciudad del Támesis. Se rumorea que podría ser el primer paso de una Copa Euroamérica, con cuatro equipos a partir de 2025.
En fútbol femenino el nuevo año dará cabida a la Eurocopa de Inglaterra y a la Copa América de Colombia, ambas en junio y con Países Bajos y Brasil como respectivos defensores. España está clasificada para la cita europea.
Al club de los experimentos se apuntan también en 2022 otras competiciones. Empezando por los Juegos Olímpicos de invierno, que se disputarán por primera vez en una ciudad que ya ha sido sede de los Juegos de Verano, Pekín.
Lo que fue en 2008 estadio de natación, el imponente ‘Cubo de Agua’ de la capital china, se convertirá en ‘Cubo de Hielo’ para alojar en febrero las competiciones de curling. Es solo un ejemplo de la capacidad de adaptación de las instalaciones pekinesas: donde hubo gimnasia habrá hockey sobre hielo, donde compitieron los arqueros lo harán los patinadores de velocidad, donde se jugó al voleibol harán sus piruetas los patinadores artísticos.
Como en el Mundial de Catar, también en los Juegos de Pekín los asuntos relacionados con los derechos humanos tendrán su importancia. Varios países, incluido Estados Unidos, han decretado un boicot diplomático que tendrá solo efecto simbólico pero que ha enfadado mucho a los organizadores chinos.
También cabe calificar de experimental la nueva fórmula que intentará el año próximo la Copa Davis, que sigue buscando la tecla adecuada para atraer a tenistas y espectadores en las últimas semanas de la temporada. El año comienza sin que se sepa dónde se disputarán los cuatro grupos en los que ahora se dividirán los equipos de la fase final, ni tampoco la sede `única que acogerá de los cuartos en adelante. Rusia ganó en 2021.
Otra probatura que tuvo un resultado aceptable en 2018, los campeonatos de Europa simultáneos de varios deportes, volverá a la carga en 2022 con los de atletismo, voley playa, piragüismo, ciclismo, gimnasia, remo, escalada, tenis de mesa y triatlón reunidos en Múnich del 11 al 21 de agosto.
El año entrante incluye en su calendario campeonatos del mundo de natación en mayo en Fukuoka (Japón) y de atletismo en julio en Eugene (EE.UU.), los primeros de un ciclo olímpico muy corto que concluirá en 2024 en París.
También toca en septiembre mundial femenino de baloncesto, con los grupos clasificatorios en febrero.
Si las sucesivas olas de coronavirus no deciden lo contrario, será 2022 un año rico en juegos regionales y continentales. En julio, Juegos Mediterráneos en Orán (Argelia), Mundiales (disciplinas no olímpicas) en Birmingham, EE.UU. y de la Commonwealth en la otra Birmingham, la inglesa; en septiembre, Juegos Asiáticos en Hangzhou (China); en octubre, Suramericanos en Asunción.
El circuito habitual de los grandes deportes profesionales se presenta apasionante, tras los primeros títulos de Max Verstappen en Fórmula Uno y de Fabio Quartaro en MotoGP y el anillo NBA de Milwaukee Bucks, el primero en 50 años.
También tras la consolidación en el número 1 del ránking de golf de Jon Rahm y en el 2 de la ATP de Daniil Medvedev o, asimismo en tenis y con protagonismo español, la victoria de Garbiñe Muguruza en las finales WTA y la irrupción en la élite de Paula Badosa y Carlos Alcaraz.
Mientras, se espera la reaparición en las pistas de Rafael Nadal, Roger Federer y Serena Williams al cabo de largas ausencias por lesión, en el caso del mallorquín con prórroga debido al coronavirus.
Nadal, Federer y el número uno Novak Djokovic empiezan el año empatados a 20 Grand Slams y es prácticamente imposible que lo terminen en la misma situación. El primer misterio del año es si el serbio, que no ha desvelado si está o no vacunado contra la covid-19, disputará en enero el Abierto de Australia.
EFE noticias
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