El autismo y el Asperger son, en ambos casos, trastornos del desarrollo que hacen que la forma de pensar de quien los padece sea diferente a la gente no autista. Principalmente, ambos trastornos afectan en la forma en que las personas que los tienen se comunican con los demás, y también la manera en que se desenvuelven en entornos sociales y los intereses que manifiestan.

Estos trastornos están asociados a una alteración neurobiológica, lo que significa que produce afectaciones originadas en el sistema nervioso. Ninguno de los dos tiene una cura como tal, pero pueden ser atendidos mediante terapia y medicamentos.

Curiosamente, el Síndrome de Asperger forma parte de los Trastornos del Espectro del Autismo. Por lo que evidentemente comparten muchos rasgos en común. Sin embargo, cada uno de estos tiene síntomas y produce comportamientos específicos.

Con la declaración que hizo Elon Musk recientemente, donde admitió que él tiene Asperger, nos parece importante profundizar un poco más en el autismo y el Asperger para crear conciencia de estos procesos mentales que están presentes en muchas personas, incluso si no lo sabíamos.

Autismo

Alrededor del trastorno del espectro autista existen muchos mitos, como que las personas que padecen este trastorno son incapaces de sentir empatía, que son lentas, que hacen comentarios fuera de lugar o que son poco hábiles para relacionarse en sociedad. Sin embargo, muchos de estos conceptos son más mito que verdad, y es que en realidad el autismo no afecta a todos de la misma manera y puede tener distintos niveles. Algunos rasgos que son muy comunes del autismo son:

  • Se suele manifestar durante los primeros tres años de vida y dura durante todo el ciclo vital de la gente. No se puede curar como tal, solo controlar.
  • Las personas con autismo son muy sensibles a los ruidos fuertes, a las luces brillantes y a la sobreestimulación. Por eso, para ellos es muy difícil estar en una fiesta con mucha gente, ya que tantas conversaciones, ruidos y estímulos los pueden incomodar mucho. Para reaccionar a esto, existen algunas técnicas que los ayudan a controlarse. Sin embargo, mucha gente las ve con extrañeza y las personas con autismo se ven en la obligación de pretender que no se sienten mal, lo cual puede ser muy injusto y agotador para ellos.
  • Tienen dificultad para expresar sus emociones. Aquí es importante aclarar que esto no significa que no sientan emociones (ya que uno de los mitos alrededor del autismo es que las personas que lo tienen no sienten nada). Esto es mentira. Lo que sucede es que sienten todo de manera extrema y les cuesta trabajo comunicarlo de manera natural. Entonces suele reprimir estas emociones, lo cual resulta en una aparente falta de empatía o sensibilidad.
  • Pueden tener comportamientos impulsivos o mostrarse irritables.

Asperger

Como decíamos al inicio del texto, el Síndrome de Asperger forma parte del espectro del trastorno del espectro autista. En este caso, ambos comparten algunos elementos en común, pero existen pequeñas diferencias entre los dos. De hecho, antes del año 1992 el síndrome era definido como autismo de altas capacidades, estando ubicado dentro del espectro autista, pero con un cociente intelectual superior a la media.

Estos son algunos síntomas que pueden tener las personas con Asperger.

  • Tiene dificultades para entender la comunicación no verbal.
  • Su comprensión del lenguaje es más literal que metafórica.
  • Suele manifestar mucho interés por determinados temas, al grado de obsesionarse con ellos.
  • Le cuesta trabajo relacionarse con las demás personas, por lo que pueden ser solitarios.
  • Le resulta difícil expresar sus emociones de manera tradicional.
  • Tiene sensibilidad a los ruidos y olores del ambiente.

Diferencias

Actualmente, aunque en un principio el Síndrome de Asperger se consideraba un trastorno diferenciado del autismo, ya parte de la misma categoría. Una diferencia clave es que las personas con Asperger pueden funcionar de manera habitual en su interacción social y en sus formas de comunicarse, además de que se adaptan más fácilmente a las exigencias que las personas con autismo.

Por otro lado, si una persona con Asperger tiene mayor dificultad en su interacción social, es muy probable que tenga lenguaje fluido y una capacidad intelectual media e incluso superior a la media de la población.

Tanto el autismo como el Asperger han sido temas sumamente importantes para nuestros tiempos, incluso en la televisión. Poco a poco hemos normalizado cada vez más que los trastornos son reales y que mucha gente que conocemos puede tenerlos (incluso gente muy famosa). Sin embargo, todavía no existe suficiente información al respecto y los mitos sobre cómo se manifiestan siguen siendo reales. Es importante combatir este desconocimiento con información y con la mente abierta a respetar las múltiples personalidades que existen en el mundo.

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