La educación a través de todos los tiempos ha sido objeto de estudio y uno de los temas a considerar dentro de las distintas culturas. En el caso de nuestro país es importante reconocer los grandes esfuerzos que se han realizado para mejorar la calidad de la mima.
Cada día se han aunado más esfuerzos por eliminar las grandes brechas sociales y erradicar uno de los grandes males de la sociedad como lo es el analfabetismo y permitir que la educación llegue a todos, sin establecer diferencias.
Pero pese a los avances alcanzados en nuestro sistema educativo en los últimos años, como lo ha sido incorporar gran cantidad de niños, jóvenes y adultos al sistema escolarizado, no podemos ocultar el desequilibrio que por un lado se expresa en la falta de formación del docente, en la poca participación de la familia en el proceso de formación de los niños, de adaptarse a las exigencias de una sociedad cada vez más compleja, que requiere de un mayor grado de interacción entre estos dos factores socializadores como lo son la escuela y la familia, de igual manera no se presta la debida atención a los avances de las Neurociencias, disciplinas científicas que estudian el sistema nervioso, con el fin de acercarse a la comprensión de los mecanismos que regulan el control de las reacciones nerviosas y del comportamiento del cerebro.
Los avances en neurociencias han permitido comprender cómo funciona el cerebro y ver el importante papel que la curiosidad y la emoción tienen en la adquisición de nuevos conocimientos. Es así como sostiene que “en el cerebro encontramos la respuesta para la transformación y es en él donde ocurrirá la transformación…en el cerebro del maestro y del alumno”. Es de vital importancia que los maestros investiguen, conozcan sobre los avances que ha alcanzado la Neurociencia y su incidencia en el proceso educativo.
La Neuroeducación o Neuropedagogìa “es la disciplina que promueve una mayor interacción de las ciencias de la educación con aquellas que se ocupan del desarrollo neurológico, recomienda que, durante los primeros años de vida, los niños estén en contacto con la naturaleza y no se les fuerce a permanecer sentados y quietos durante tanto tiempo, pues en esas edades es cuando construyen las formas, los colores, el movimiento, la profundidad, con los que luego se tejerán los conceptos.”
No se puede obviar que el ser humano está dotado no solamente de habilidades cognitivas, de razón, sino también de habilidades emocionales, sociales, físicas, espirituales y todas provienen del cerebro.
Las Neurociencias en los últimos años han venido revelando grandes misterios del cerebro y su funcionamiento. Hoy se nos habla de la influencia que ejercen las emociones en el proceso de aprendizaje, el investigador en Neurociencias Francisco Mora al respecto expresa “SIN EMOCIÓN NO HAY CURIOSIDAD, NO HAY ATENCIÓN, NO HAY APRENDIZAJE que solo puede ser verdaderamente aprendido aquello que te dice algo, lo que te llama la atención y genera emoción, aquello que es diferente y sobresale a la monotonía”.
De aquí la importancia de que el docente conozca ¿CÓMO APRENDE EL CEREBRO? en función de revitalizar la enseñanza y el aprendizaje, en esta era en la que los niños aprenden con gran facilidad, pero solo aquello que realmente despierte su emoción, su curiosidad.
Hoy las ciencias nos hablan de desarrollar en nuestros niños y maestros la inteligencia emocional, al respecto la investigadora Begoña Ibarrola señala “el sistema educativo estará cojo mientras no incorpore la inteligencia emocional, porque el ser humano tiene que educar diferentes dimensiones no solo la cognitiva. Hay que enseñar a los niños a regular sus emociones y saberlas expresar para sentirse mejor y tener una mejor convivencia”.
Uno de los grandes descubrimientos de las Neurociencias es “ Nacemos con un cerebro que se desarrolla y no con un cerebro desarrollado”, por lo tanto podemos reprogramarnos, descubrir cuantas herramientas tenemos en nuestro mundo interior y dedicarnos a usarlas oportuna y creativamente , ello pasa por la reorganización de nuestros pensamientos, saber que queremos, estar alertas y mantener los sentidos abiertos de manera tal que nos demos cuenta de lo que estamos obteniendo y tener la flexibilidad para ir cambiando nuestra manera de pensar , de actuar hasta lograr lo que queremos.
Hoy más que nunca debemos profundizar en estrategias que nos proporcionan las neurociencias para aprender nuevas cosas, aprender para tener una mejor y mayor comunicación con el medio ambiente y sentirnos realizados como seres humanos.
En definitiva, no podemos ir de espaldas a las ciencias, en la actualidad han sido muchos los descubrimientos que se han realizado en torno a este órgano que dirige pensamiento y acción del ser humano. La escuela y los niños de hoy requieren de maestros investigadores, estudiosos, comprometidos, abiertos a el cambio, que estén conscientes de su papel como entes transformadores, que vayan tomados de la mano de los avances científicos y tecnológicos.
M.S.C. Dinora García Rausseo
Coordinadora Estadal del Centro de Investigación y Formación de los Educadores Luis Beltrán Prieto Figueroa.
Neurofacilitadora. Máster- Trainer en PNL
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