Los Cabos, México. Descubiertas en 1959 y dadas a conocer por el icónico Jacques-Yves Cousteau, las Cascadas de Arena de Los Cabos, en el noroccidental estado mexicano de Baja California Sur, cumplieron 50 años sin perder un ápice de su magia.

Como un capricho orográfico, una marcada pendiente del subsuelo marino, ayudada por las fuertes corrientes marinas características de la zona, provoca que la arena se deslice pendiente abajo en el fondo marino asemejando literalmente una cascada de arena de un hermoso color dorado.

Se encuentra dentro del Área de Protección de Flora y Fauna Cabo San Lucas (APFF), decretada en noviembre de 1973. La reserva mide aproximadamente 4.000 hectáreas, de las cuales solo el 5 % es superficie terrestre, lo demás es marino.

Estos desplazamientos de arena fueron descubiertos en 1959 por el investigador del Instituto Oceanográfico Scripps de San Diego, California, Francis Shepard, y fueron dadas a conocer por el oceanólogo francés Jacques-Yves Cousteau.

Los registros históricos de geología marina indican que el origen del Golfo de California tiene una antigüedad aproximada de ocho millones de años, cuando las placas tectónicas comenzaron a separarse y alejar la península del macizo continental.

Dando paso así a la formación de los grandes cañones marinos al término de la plataforma continental como es el caso de las cascadas de arena en la región de Los Cabos.

«La región de Cabo San Lucas es una plataforma continental muy corta que tiene solo treinta metros de profundidad», dijo a Efe el geólogo marino e investigador titular de la Universidad Autónoma de Baja California Sur, Gerardo González.

El experto explicó que en esta plataforma, apenas a treinta metros, entras en «un cañón submarino que llega a un fondo abisal en la boca del Golfo de California» con una profundidad mayor a 3.000 metros.

«Esto lo ha hecho muy atractivo y llama la atención a lo buzos porque literalmente es como una cascada de agua, pero en lugar de agua es arena», puntualizó.

ATRACTIVO TURÍSTICO

Las Cascadas de Arena junto con el singular Arco de Cabo San Lucas son consideradas las joyas de la corona del Área Natural Protegida Cabo San Lucas.

En este punto, se unen las aguas del Pacífico mexicano con las del Mar de Cortés, lo que genera condiciones únicas para su ecosistema.

Estas corrientes fomentan la erosión, poniendo en movimiento toneladas de arena y bajan varios kilómetros hasta el fondo marino.

El director de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) en la región, Carlos Godínez, recordó que en 2005 se incluyó como patrimonio de la naturaleza las islas y otras áreas protegidas del Golfo.

«Y se agregó Cabo San Lucas justamente como un área extraordinaria en el sentido de su capital natural. Pero especialmente por este fenómeno geológico que representa hoy en día un atractivo turístico de relevancia internacional», agregó en relación a estas peculiares cascadas submarinas.

Las Cascadas de Arena atraen a cientos de buzos experimentados, pues además de ser visitadas por su particular belleza y dinamismo, este lugar alberga una gran cantidad de biodiversidad marina.

Se pueden observar miles de peces de todas formas, colores y tamaños, admirar arrecifes de coral negro y en ocasiones hasta contemplar a las escurridizas mantas.

EFE

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