Los tres Estados bálticos -Estonia, Lituania y Letonia- se mantienen en estrecho contacto con Finlandia para seguir el desarrollo de los acontecimientos en Rusia, desde su condición de países que forman parte del flanco oriental tanto de la OTAN como de la Unión Europea (UE).
«Estamos en estrecho contacto para coordinarnos e intercambiar información», afirmó la primera ministra estona, Kaja Kallas, en su cuenta en Twitter, incluyendo en sus mensajes a sus homólogos de Letonia y Lituania -Krisjanis Karins y Ingrida Simonyte-, así como al finlandés Petteri Orpo.
«Estamos preparados para adoptar medidas adicionales si es necesario para proteger nuestras fronteras», aseguró Karins en un tuit alusivo a los contactos con sus homólogos bálticos y finlandés.
Simonyte, por su parte, consideró que «cuanto más se preocupe ‘el segundo ejército más fuerte del mundo’ por la contraofensiva surgida entre sus filas, menos trabajo la quedará para Ucrania».
Anteriormente, Kallas había instado ya la población estona a no viajar a Rusia, mientras desde el conjunto de los tres países bálticos, exrepúblicas soviéticas, se informaba de un reforzamiento de sus fronteras orientales.
Tanto Estonia como Letonia tienen frontera terrestre con Rusia, mientras que Lituania la tiene a través del enclave ruso de Kaliningrado.
Finlandia, país que completó su ingreso en la OTAN el pasado abril, tiene la más extensa frontera terrestre con Rusia entre los socios de la Alianza y de la Unión Europea, con un total de 1.340 kilómetros.
El primer ministro finlandés, quien accedió a su cargo esta misma semana, alerta desde su cuenta en Twitter de los «profundos conflictos» existentes entre las fuerzas armadas rusas y también de la abundante información no verificada que circula.
«Estamos siguiendo de cerca el desarrollo de la situación», apuntó Orpo, quien calificó de «grave» la situación.
En términos parecidos se pronunció también en Twitter el ministro de Exteriores sueco, Tobias Billström, cuyo país está pendiente de la ratificación de Turquía para poder completar su integración en la Alianza Atlántica.
Las reacciones bálticas y nórdicas sigue a la declaración de rebeldía del jefe del grupo de mercenarios Wagner, Yevgueni Prigozhin, quien anoche afirmó tener bajo control el Estado Mayor de las fuerzas rusas en la ciudad de Rostov, en el sur de Rusia.
El presidente ruso, Vladímir Putin, calificó de «traición» la sublevación iniciada anoche por Prigozhin y aseguró, en un mensaje a la nación por la televisión pública, que los responsables «pagarán por ello».
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