Barcelona. El Barcelona, que este domingo podía ponerse a seis puntos de líder, el Atlético de Madrid, se dejó empatar en el último instante por el Cádiz en el Camp Nou (1-1), con un gol de penalti de Álex Fernández en el minuto 89, y regaló un pedacito más de LaLiga Santander.
Koeman buscó la redención de los jugadores que cayeron goleados ante el París Saint Germain y repitió el mismo once que provocó que el Barça esté prácticamente eliminado de la Liga de Campeones. Y el equipo mejoró sus prestaciones porque, lógicamente, el Cádiz no es el PSG ni tiene a ningún Mbappé en sus filas.
Tampoco era un día fácil para los azulgranas tras la depresión europea. Y las condiciones, como el fuerte viento racheado que arreciaba hoy en la capital catalana, permitían excesivos alardes futbolísticos.
El conjunto que dirige Álvaro Cervera, bien ordenado atrás, con una línea de cuatro y otra de cinco jugadores, y Negredo como único referente ofensivo, se presentó en el Camp Nou dispuesto a contener a la escuadra local y a esperar su oportunidad a la contra.
Pero solo se acercó una vez a Ter Stegen en todo el primer tiempo: en una internada de Salvi por la derecha que acabó con un remate defectuoso con el muslo de Rubén Sobrino en boca de gol.
La ocasión visitante llegó justo después del tanto de penalti de Messi en el minuto 32, el único que subió al marcador en el primer acto. Porque, antes del descanso, el árbitro anuló otros dos por fuera de juego a De Jong y Pedri.
Con más dominio que ocasiones claras de gol, el Barcelona asedió al Cádiz desde el primer minuto, y Ledesma tuvo que intervenir en una falta lateral de Messi, un zurdazo desde la frontal del astro argentino que se colaba por la escuadra derecha, y un centro envenenado de Jordi Alba.
Una volea de desviada de Fali por falta previa de Garrido y una mano salvadora de Lesdema cuando Griezmann se preparaba para rematar a placer una asistencia de Messi animaron el inicio de la segunda mitad.
Dembélé podía hacer el segundo poco después de la hora, con un eslalon marca de la casa y un disparo desviado y precipitado a partes iguales, también habitual en su repertorio particular. Y Messi, con otros dos remates que no encontraron puerta, tampoco lograba el gol de la tranquilidad para su equipo.
El Barça seguía ganando por la mínima, pero no se sentía exigido por un Cádiz inofensivo. Riqui Puig, recién ingresado en el campo, también se animaba a poner a prueba a Ledesma, pero su disparo salía rozando el palo.
Pero aún faltaba el regalo de cada partido del conjunto catalán. Esta vez, fue un inocente penalti de Lenglet sobre Sobrino al intentar despejar un balón dentro del área. Álex Fernández, al filo del tiempo reglamentario, engañó a Ter Stegen, y el Barcelona, que encadenaba siete victorias en LaLiga, culminaba una semana para olvidar. El título, que se había puesto de nuevo a tiro, vuelve a estar un poco más lejos.
¡Síguenos en nuestras redes sociales y descargar la app!