La OMS define a la cirrosis como un proceso difuso caracterizado por fibrosis y la conversión de la arquitectura normal en una estructura nodular anormal como consecuencia de un gran número de padecimientos inflamatorios crónicos que afectan al hígado.

Según la Sociedad Española de Medicina Interna, el hígado es el principal órgano que se encarga de metabolizar los alimentos. Éstos los ingerimos y se transforman por enzimas de la saliva, los jugos gástricos o pancreáticos.

En el hígado se transforman en estructura sencillas que una vez vaciados en el intestino pueden ser absorbidos, y transportados por la sangre para que se distribuyan en todas las células del cuerpo, estas los necesitan para sobrevivir.

El padecimiento puede ser provocado por el abuso del alcohol en forma crónica o la obesidad, las cuales pueden estimular la producción exagerada del tejido conectivo fibroso como el colágeno en el hígado, produciendo tejido cicatricial en lugar de tejido que está en buen estado.

El tejido conectivo o conjuntivo se encarga de sostener a las células y produce colágeno en el organismo. Socialmente aceptado, el abuso del alcohol ha sido de las principales causas de cirrosis, aunque la obesidad lo puede superar como elemento principal para producir la cirrosis en los próximos años.

Hasta ahora no se había hecho un análisis exhaustivo de los datos donde se demuestra que la cafeína del café protege al hígado contra la función hepática anormal y la fibrosis. Para capturar esta información y abordarla de manera adecuada un equipo de investigadores recopiló datos de nueve estudios preexistentes sobre los efectos del consumo de café en el riesgo de cirrosis y publicó sus hallazgos en la revista Alimentary Pharmacology and Therapeutics.

De los más de 430 000 participantes en estos nueve estudios, se informaron 1990 casos de cirrosis, aunque se encontró que esta frecuencia estaba fuertemente correlacionada negativamente con los niveles de consumo de café.

Por ejemplo, al filtrar sus datos para examinar los casos de cirrosis causados por el alcohol, los investigadores descubrieron que beber una sola taza de café al día conducía a una disminución del 22 % en el riesgo de desarrollar la afección. Mientras tanto, dos tazas correspondieron a una reducción del riesgo del 43 por ciento, mientras que tres tazas redujeron esta posibilidad en un 57 por ciento y cuatro tazas en un 65 por ciento.

Exactamente cómo el café produce estos efectos es una pregunta para que la investigación futura trate de responder, aunque los autores del estudio proponen que puede tener algo que ver con las propiedades antioxidantes o antiinflamatorias de la bebida, las cuales han demostrado previamente que protegen contra el hígado.

Las personas se han visto muy entusiasmadas al ver estos estudios, no obstante los investigadores comentan que hay viertas limitaciones en la investigación como el hecho de no se evalúa el impacto del café como la obesidad, hipertensión, diabetes, infección, etc. Además no se esclarece qué tipo de café produce estos efectos beneficiosos.

Agencia

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