El primer día de Coachella 2025 dejó una de las presentaciones más memorables de su historia cuando Benson Boone, la joven promesa del pop-rock, invitó al escenario a Brian May, guitarrista de Queen, para interpretar juntos un emotivo tributo a Freddie Mercury con la icónica «Bohemian Rhapsody».
El dueto no solo sorprendió a los asistentes, sino que se convirtió en tendencia mundial en redes sociales, destacando tanto la impecable ejecución del clásico de 1975 como el emotivo regreso de May a los escenarios tras superar un accidente cerebrovascular menor en septiembre de 2024.
Un homenaje lleno de simbolismo
La presentación ocurrió al cierre del set de Boone, quien, con solo 22 años, demostró por qué es considerado una de las figuras más prometedoras de la música actual.
Vestido con una capa de armiño que evocaba el icónico atuendo de Mercury en la gira de Queen de 1986, el cantante se sentó al piano para interpretar los primeros acordes de la legendaria canción.
El momento cumbre llegó con la aparición sorpresa de Brian May, quien emergió desde una plataforma bajo el escenario con su inseparable Red Special, desatando una ovación ensordecedora.
La química entre ambos artistas fue palpable, especialmente cuando Boone saltó por encima del guitarrista sin que este perdiera una sola nota.
El emotivo regreso de una leyenda
La participación de May tuvo un significado especial, ya que marcó su reaparición pública tras meses de recuperación.
A sus 77 años, el músico había revelado en 2024 que un derrame cerebral menor afectó temporalmente el movimiento de su brazo izquierdo, poniendo en duda su futuro musical. Sin embargo, su impecable ejecución en Coachella demostró que su talento permanece intacto.
No solo acompañó a Benson Boone en «Bohemian Rhapsody», sino que también se unió a él en «Beautiful Things», el éxito que catapultó al joven artista al estrellato.
Tras el show, May compartió en Instagram una foto junto a Boone, describiéndolo como «un verdadero prodigio» y celebrando su nueva amistad.
Un futuro prometedor
Además del tributo, Boone aprovechó su debut en Coachella para anunciar el lanzamiento de su segundo álbum de estudio, confirmando que su carrera sigue en ascenso.
Con una mezcla de energía juvenil y respeto por las leyendas del rock, el cantante dejó claro que está listo para conquistar nuevos escenarios.
Mientras tanto, los asistentes al festival y millones de espectadores en redes sociales atestiguaron un momento único: la unión de dos generaciones en un homenaje que trascendió la música para convertirse en historia.
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