Ciudad Guayana.- La escasez de gasolina en Venezuela ha hecho que los ciudadanos  se replanteen la forma de movilizarse internamente.

En el caso de los guayaneses su movilidad ha estado limitada, no solo a las medidas de bioseguridad por el Covid-19, sino también a la poca cantidad de combustible que reciben después de, al menos, dos o tres días de cola.

No obstante, ante este escenario son muchos los venezolanos que se plantean la idea de adquirir las llamativas y modernas bicicletas eléctricas, como una forma de hacer frente a esta problemática que, al parecer, llegó para quedarse.

En otras latitudes la bicicleta eléctrica surge como una opción ecológica para disminuir el congestionamiento vial en la ciudad e impulsar el transporte sostenible.

Incluso, hay quienes reciben beneficios por parte del Gobierno al adquirir este tipo de máquinas.

En Venezuela la realidad es otra. Estas modernas y exclusivas máquinas han llegado a tiendas y almacenes para sorpresa de muchos venezolanos, pero a unos precios imposibles de pagar, al menos por el ciudadano común que apenas se bandea con un salario inferior a 1 o 2 dólares.

En un recorrido por distintas tiendas en Puerto Ordaz el equipo de Soy Nueva Prensa Digital pudo observar las diferentes ofertas en torno a este producto.

Los precios de las bicicletas eléctricas rondan entre los 800 dólares y 4.000 dólares, dependiendo del rin y las características.

Mientas que, una bicicleta convencional está valorada entre los 280 dólares y 400 dólares.

Es decir, para comprar la bicicleta eléctrica más económica, el venezolano debe desembolsar 1.190.338.872 bolívares (tasa Monitor Dólar) y si desea obtener un equipo más completo supera los cinco mil millones de bolívares.

Los beneficios de estas máquinas son muchos. El motor hace la mayor parte del trabajo, mientras el pedaleo del ciclista agrega una potencia modesta.

La carga de la batería de la bicicleta eléctrica es de tres a cuatro horas, dependiendo del modelo aprovechando la corriente de 110 voltios.

Además de su diseño ligero, exacta a una bicicleta convencional, que reduce el consumo de energía y facilita su maniobrabilidad.

Y claro está, usar bicicleta es un excelente ejercicio. Si bien las opciones eléctricas son asistidas es necesario pedalear, lo que mejora la calidad de vida y la salud de sus usuarios.

Sin embargo, la pregunta pertinente sobre esta opción ecológica es ¿realmente estaría dispuesto a invertir en una máquina como esta o seguir esperando instrucciones por las autoridades para obtener entre 20 y 30 litros de gasolina al mes?.

 

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