Filadelfia, Estados Unidos. Si bien muchas de las grandes estrellas del béisbol son jugadores tomados en las primeras rondas del draft o firmados por jugosos bonos en el mercado internacional, muchos otros se forjaron sus carreras escalando desde lo más bajo. En algunos casos, tuvieron tanto éxito que lograron entrar a la boleta del Salón de la Fama. Estos candidatos poco probables puede que no hayan sido seleccionados con la primera selección del draft, o recibido millones por sus firmas, pero de cualquier manera lograron ser candidatos a Cooperstown.

Aquí está un vistazo a los nombres menos probables, si tomamos en cuanto cómo entraron al beisbol profesional o qué retos debieron superar — que están en la boleta del Salón de la Fama para este ciclo electoral 2022:

 

1) David Ortiz

 

Antes de que fuese el Big Papi, el dominicano tuvo que pelear fuerte para mantener sus sueños de ligamayorista vivos en Minnesota. Luego de unirse a los Mellizos como el jugador a ser nombrado luego en un cambio con los Marineros en 1996, Ortiz no la tuvo fácil a la hora de conseguir tiempo de juego en Minnesota. Venía de su mejor temporada en el 2002, cuando conectó lo que para entonces era un tope personal de 20 jonrones con una línea ofensiva de .272/.339/.500 en 125 juegos, pero aquello no fue suficiente para convencer a la directiva de los Mellizos de mantenerlo en el club y fue dejado libre esa temporada muerta.

Minnesota y Seattle no se dieron cuenta de lo que tenían, pero los Medias Rojas recogieron los frutos y consiguieron a quien terminaría siendo uno de los jugadores más queridos en la historia de la franquicia. Ortiz pasó el resto de su carrera de 20 años en Boston, donde bateó 483 jonrones, fue 10 veces al Juego de Estrellas y ganó siete premios Bate de Plata. Ortiz fue pieza clave en la conquista de tres Series Mundiales para los Patirrojos, ganando el JMV de la SCLA del 2004 y el JMV del Clásico Otoñal del 2013.

 

2) Mark Buehrle

 

Tras ser tomado en la 38va ronda del Draft de 1998, desde Jefferson College, realmente no había expectativas de que Buerhle se convirtiera en un jugador con argumentos para llegar al Salón de la Fama, e incluso tampoco estaba claro que tuviese futuro en las Grandes Ligas. Pero eso no evitó que el zurdo se convirtiera en uno de los mejores lanzadores de todo el béisbol en la segunda parte de la década de los 2000 y la primera parte de la década de los 2010. Buehrle terminó ganando una Serie Mundial en 2005, hizo cinco viajes al Juego de Estrellas y se llevó cuatro Guantes de Oro. Y además lanzó el 18vo juego perfecto en la historia de las Grandes Liga el 23 de julio del 2009 contra los Rays.

Si llega a entrar al Salón de la Fama, Buerhle sería la segunda selección más baja del draft en llegar a Cooperstown, sólo detrás de Mike Piazza, que fue tomado en la ronda 62.

 

3) Bobby Abreu

 

En 1997, la llegada de los Rays de Tamba Bay y los Diamondbacks de Arizona a MLB trajo consigo la realización de un draft de expansión para ayudarlos a llenar sus rosters. El venezolano Abreu, para entonces parte de los Astros, no fue protegido en el draft y por eso fue elegido con la sexta selección de los Rays. Ese mismo día, Tampa Bay lo mandó a Filadelfia por el shortstop Kevin Stocker. Puede decirse con tranquilidad que Astros y Rays cometieron un error, pues dos décadas después, Abreu está luchando por el honor individual más grande que puede recibir un beisbolista. El toletero zurdo pasó nueve años en los Filis, bateando .303 con un OPS de .928 durante ese lapso. Fue dos veces al Juego de Estrellas, ganó un Guante de Oro y Bate de Plata antes de pasar a los Yankees a mediados del 2006.

 

4) Joe Nathan

 

Tras tomarlo de la universidad Stony Brook en la sexta ronda del draft de 1995, los Gigantes pensaron que el futuro de Nathan estaba en el shortstop. Luego de un año poco productivo en el infield, se convirtió en lanzador abridor. Similar a lo que le pasó en el plato, sus resultados en el montículo no fueron nada impresionantes. Nathan inició 94 duelos en las menores y dejó efectividad de 4.87, pero San Francisco lo subió al equipo grande de igual manera en 1999, dejando EFE de 4.70 en dos años con el club. Pero tras pasar todo el 2001 y casi todo el 2002 en las menores, Nathan tuvo éxito como relevista y fue cambiado a Minnesota antes de la campaña 2004. Más de 600 juegos y 376 salvados después, Nathan demostró ser uno de los relevistas más dominantes de su generación, viajando seis veces al Juego de Estrellas, cuatro de ellos con los Mellizos.

 

5) Andy Pettitte

 

La 22da ronda del draft de 1990 no estaba precisamente llena de talento, pues sólo cuatro de 26 jugados tomados en esa vuelta llegaron eventualmente a las Grandes Ligas. De esos cuatro, dos tuvieron WAR negativo de por vida y uno disputó un solo encuentro, pero la excepción del grupo fue Pettitte. Los Yankees encontraron un as con la 594ta selección general del draft, con Pettitte convirtiéndose en una pieza clave en el Bronx por 15 de sus 18 años en MLB. Finalizó su carrera con cinco anillos de Serie Mundial, un premio JMV de la SCLA y tres llamados al Juego de Estrellas. Los Yankees, además, retiraron el número 46 en su honor.

 

6) Jeff Kent

 

No es raro que alguien de un salto de jugador promedio a pelotero del Juego de Estrellas, pero es un poco más raro cuando ese salto es a candidato al Salón de la Fama. Antes de la campaña de 1997, los Gigantes hicieron un cambio con Cleveland para mandar al tercera base Matt Williams a Ohio por Kent y los dominicanos José Vizcaino y Julián Tavárez. Para ese momento, Kent tenía 29 años y había tenido números buenos, pero no grandiosos. Con un OPS de .777 y un promedio de 16 jonrones por año, Kent parecía listo para ser el segunda base regular en San Francisco, una posición en la que habían recibido poca producción el año anterior. El movimiento pagó dividendos inmediatos, pues Kent impuso una marca personal con 29 jonrones ese año. Tres años después, ganó el Jugador Más Valioso de L.N. y fue pieza clave del éxito de los Gigantes detrás de Barry Bonds. Kent tuvo otras tres campañas finalizando entre los 10 mejores en la votación del JMV y se llevó cuatro Bates de Plata, retirándose como el segunda base con más vuelacercas en la historia.

 

7) Andruw Jones

 

Jones siempre estuvo destinado para cosas grandes, siendo ya uno de los mejores prospectos de las Mayores antes de su debut a los 19 años en 1996, pero es su lugar de nacimiento lo que hace de él un potencial Salón de la Fama bien improbable. Antes del debut de Jones, la pequeña isla de Curazao no era precisamente una cuna de jugadores, pues él era apenas el tercer jugador del país caribeño que llegaba a MLB. Su éxito abrió la puerta para futuros prospectos, con otros 13 curazoleños siguiendo sus pasos desde entonces, incluyendo a unos que han ido al Juego de Estrellas como Kenley Jansen, Ozzie Albies, Jonathan Schoop y Andrelton Simmons.

Jones cumplió con las expectativas, ganando con 10 Guantes de Oro y asistiendo cinco veces al Juego de Estrellas durante su carrera de 17 años. De ser electo al Salón de la Fama, sería el primer jugador de Curazao en ser exaltado, pero sus éxitos ya han asegurado de que saldrán muchos más jugadores de la isla.

 

Redacción SNPD con

información de Lasmayores.com

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