Este sábado, la pequeña y pintoresca ciudad de Geiranger, una de las principales atracciones turísticas de Noruega, fue el escenario de una boda real que ha captado la atención mundial.
La princesa Marta Luisa, de 52 años, hija mayor del rey noruego, contrajo matrimonio con Durek Verret, un autoproclamado chamán estadounidense de 49 años.
La ceremonia nupcial fue el punto culminante de tres días de festividades.
Una ceremonia de ensueño
La boda se celebró en una gran carpa blanca instalada sobre el césped del Hotel Union, con vistas impresionantes al fiordo.
Asistieron alrededor de 350 invitados, entre ellos miembros de la realeza europea, influencers de redes sociales, estrellas de reality shows y personalidades de televisión.
La princesa Marta Luisa, conocida por su supuesta clarividencia y capacidad para comunicarse con ángeles, lució un vestido de novia color marfil hecho a medida, combinado con la tiara del Rey Olav, un regalo de su 18 cumpleaños.
Controversias y críticas
La pareja vendió los derechos de las fotografías de la boda a la revista británica Hello! y los derechos cinematográficos a Netflix, lo que provocó protestas de los medios noruegos.
Estos acuerdos fueron vistos como contrarios a las prácticas locales, y la pareja ha sido criticada por su constante promoción en redes sociales.
Invitados reales y familiares
El rey Harald, de 87 años, asistió a la boda junto con la reina Sonia y otros miembros de la casa real noruega, como el príncipe heredero Haakon y su esposa Mette-Marit.
La casa real sueca estuvo representada por la princesa heredera Victoria y su marido, el príncipe Daniel, así como por el príncipe Carlos Felipe y su esposa, la princesa Sofía. Las tres hijas de Marta Luisa con su exmarido Ari Behn también estuvieron presentes.
Un futuro incierto
La boda se produce en un contexto de críticas generalizadas y apoyo menguante a la realeza noruega.
Marta Luisa y Verret han sido objeto de titulares por sus creencias alternativas. Aunque Marta Luisa es la cuarta en la sucesión al trono noruego, anunció en 2022 que ya no representará oficialmente a la casa real.
Verret, por su parte, no tendrá título real ni funciones oficiales tras el matrimonio.
La pareja se comprometió en 2022 y, a pesar de las controversias, han declarado que su amor ha triunfado contra todo pronóstico.
«El amor lo trasciende todo porque el amor es la energía original que todos somos en el planeta y siempre triunfa», afirmó Marta Luisa.
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