Naciones Unidas.- El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, abrió este martes los debates de la 75 Asamblea General de la ONU con una firme defensa de sus criticadas políticas para el medioambiente y denunció que su Gobierno es «víctima de una brutal campaña».
En su discurso, Bolsonaro también reiteró su convicción de que la pandemia de coronavirus debe ser combatida con la misma fuerza que el desempleo y volvió a condenar a la «dictadura» que «expulsa» a los ciudadanos venezolanos de su país.
UNA «CAMPAÑA DE DESINFORMACIÓN» SOBRE MEDIO AMBIENTE
Bolsonaro insistió en que la condición de gran productor mundial de alimentos de Brasil ha animado a sus competidores potenciales en los mercados globales a mantener una «brutal campaña» en relación a los incendios forestales.
Brasil «despunta como mayor productor mundial de alimentos y por eso hay tanto interés en programar desinformación» en relación a los incendios en la Amazonía y el Pantanal, dijo Bolsonaro en un mensaje grabado y enviado a la ONU, que por primera vez celebra su Asamblea General en forma telemática, por la pandemia de coronavirus.
En ese marco, sostuvo que esa «brutal campaña» ha ganado «apoyo de instituciones internacionales que se unen con asociaciones brasileñas antipatrióticas» en una suerte de conspiración contra su Gobierno.
Según datos oficiales, los focos de incendios y la devastación en la Amazonía han alcanzado en 2019 y este mismo año las peores tasas en más de una década, y actualmente las llamas avanzan con fuerza en los vastos humedales del Pantanal, que Brasil comparte con Bolivia y Paraguay y en los que miles de animales han muerto calcinados.
Bolsonaro, sin embargo, aseguró que Brasil tiene y aplica una «rígida legislación», que combate los «crímenes» medioambientales y que, aún «preservando el 60 % de su territorio», ayuda «a alimentar al mundo».
LA COVID-19 Y EL DESEMPLEO
El mandatario brasileño, uno de los mas negacionistas sobre la gravedad de la COVID-19, dijo «lamentar cada muerte», pero apuntó que «desde el principio» alertó de que la pandemia y el desempleo que seguiría deberían ser atendidos al mismo tiempo y con el mismo rigor.
Lamentó que «por decisiones judiciales», las medidas de combate al virus en Brasil quedaron en manos de gobernadores y alcaldes que «dejaron al país casi al borde del caos».
Bolsonaro no hizo mención a los 137.000 muertos y 4,5 millones de contagios dejados hasta ahora por la pandemia en Brasil, pero hizo un repaso de las medidas adoptadas por su Gobierno ante la crisis sanitaria, sobre todo en el plano económico, con la asistencia a los más pobres y desempleados y a las pequeñas y medianas empresas.
VENEZUELA Y LA LUCHA POR LAS LIBERTADES DEMOCRÁTICAS
Bolsonaro también mencionó la crisis venezolana y reforzó sus críticas a la «dictadura bolivariana», así como renovó su defensa de la «democracia», los «derechos humanos» y la «libertad religiosa».
Dijo que Brasil trabaja en América Latina por «la preservación del orden democrático», expresó que «la libertad es el mayor bien de la Humanidad» y, en ese sentido, pidió al mundo una amplia «libertad religiosa» y combatir lo que tildó de «cristofobia».
También sostuvo que, en el «campo humanitario», Brasil es «una referencia internacional» gracias al programa de acogida a los ciudadanos que llegaron al país huyendo de la crisis «creada por la dictadura».
Según Bolsonaro, «la cooperación entre los pueblos no puede estar separada de los derechos humanos y la libertad», por lo que Brasil y su política externa están «comprometidos con la paz y la seguridad internacional, el respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales».
EFE
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