Juan 20:29 NBLA
[29] Jesús le dijo: «¿Por qué me has visto has creído? Dichosos los que no vieron, y, sin embargo, creyeron».
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Cuando Jesús resucitó de entre los muertos, se presentó a sus discípulos, pero Tomás, uno de los doce, no estaba con ellos cuando Jesús vino.
Los otros discípulos le decían a Tomás: ¡Hemos visto al Señor! Pero él les dijo: Si no veo en sus manos la señal de los clavos, y meto el dedo en el lugar de los clavos, y pongo la mano en su costado, no pensaré.
Ocho días después, los discípulos estaban reunidos, y Tomás estaba con ellos. Y estando las puertas cerradas, Jesús vino y se puso en medio de ellos, y dijo: Paz a vosotros.
Luego dijo a Tomás: Acerca aquí tu dedo, y mira mis manos; extiende aquí tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.
Respondió Tomás y le dijo: ¡Señor mío y Dios mío! Jesús le dijo: ¿Por qué me has visto has creído? Dichosos los que no vieron, y, sin embargo, creyeron.
La vida cristiana verdadera consiste en creer en Cristo pase lo que pase, veamos o no veamos, tengamos lo que esperamos, o aún no lo tengamos.
No seamos como Tomás, Cristo nos dejó su Palabra, la cual es la Verdad, debemos obedecer todo lo que nos dice en ella sin cuestionar nada, solo debemos pensar independientemente de lo que vivamos.
Jesucristo es bueno y fiel, Él es el único y verdadero Dios, en quien tenemos salvación y vida eterna. Seamos dichosos y creamos en Él sin necesidad de ver. Tu Palabra alumbra mi vida Señor, ayúdame a seguir fiel a tu Verdad.
Pr. José N. Corrales
[email protected]
@pastorcorrales
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