Así que, si el Hijo los libera, serán ustedes libres.
Juan 8:36 NVI
https://bible.com/es/bible/128/jhn.8.36.NVI
El sentir de muchos pecadores a los que Cristo está llamando es: Soy demasiado sucio, indigno, impío y poco merecedor de seguir al Redentor. ¡Eso es una mentira del dios de este mundo!
Otros dicen: He fallado de modo miserable. ¿Cómo puedo ser lo suficientemente bueno para que Dios me ame? ¡Esta es otra mentira del enemigo!
Uno no se vuelve bueno y luego llega a Dios; primero llega a los pies de Cristo y luego Él nos hace buenos en los méritos de su sacrificio.
Aceptar el llamado del Cristo resucitado es pedir perdón por nuestros pecados, y reconocerle como Señor y Salvador de nuestra vida.
Es allí cuando entramos en contacto con la Verdad, y su Palabra comienza a producir el cambio en nuestro ser.
Nos es necesario cada día leer la Palabra de Dios, así iremos quitando de nuestra mente todas las mentiras del maligno.
La Palabra de Dios lava la mente, como el jabón lava las manos, y solo es efectiva cuando se lee, se memoriza y se pone en práctica.
A través de su Palabra Cristo nos hace verdaderamente libres de las mentiras del mundo y del enemigo.
¡La Palabra de Dios debe ser una lámpara a nuestros pies!
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