Pero Tú, oh Señor, eres un escudo que me rodea; eres mi gloria, el que sostiene mi cabeza en alto.
Salmos 3:3 NTV
https://bible.com/es/bible/127/psa.3.3.NTV
Cuando comprendemos que como hijos de Dios nuestra vida está escondida con Cristo en Dios, empezamos a vivir de otra manera.
Dejamos de temer al futuro, porque sabemos que por la eternidad estaremos con nuestro amado Redentor.
Agradecemos por los tiempos no tan buenos que vivimos en el pasado, y aun en el presente, ya que fortalecen nuestro carácter, y nos ayudan a ser de bendición a otros.
El pasaje de hoy fue escrito en un momento especialmente difícil para el rey David, ya que estaba enfrentando una sublevación contra su gobierno, con el agravante de que su hijo Absalón la comandaba.
David comprendía perfectamente que su vida estaba en las manos de su Dios, que a pesar de las consecuencias de sus pecados, su Dios siempre lo ayudaba cuando pedía perdón y se arrepentía.
David decide buscar a Dios, aferrarse a Él, conociendo su misericordia y su poder, por eso exclamó que su Señor es escudo que lo rodea, su gloria y quien levanta su cabeza.
Nosotros también debemos reconocer en todo momento que Jesucristo es nuestro guardador, que solo en Él debemos gloriarnos, y que estamos de pie porque Él nos sostiene. ¡Que todo lo que respira alabe al Señor!
Pr. José N. Corrales
[email protected]
@pastorcorrales
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