Cápsulas de paz

Salmos 145:1 RVC
[1] Te exaltaré, mi Dios, mi Rey; por siempre y siempre bendeciré tu nombre.

https://bible.com/bible/146/psa.145.1.RVC

Uno de los grandes problemas de la humanidad, que ha causado tanto daño a la gente, y ha mantenido las riendas del mundo bajo el dominio del maligno, es el hambre de poder.

Muchos reyes, gobernadores mundiales, papas, empresarios, presidentes, seudopastores; y distintas clases de personas, en sus respectivas escalas, han sucumbido a ese mal. Por eso dicen que si deseas conocer el carácter verdadero de una persona, debes darle poder.

El remedio correcto para anular las ansias de poder en nuestra vida es la alabanza al Altísimo ¿Quieres librarte del deseo de adulación y poder? Entonces alaba, no te canses de alabar al Señor.

Alaba al que es digno, al Magnífico, al Admirable, al Dios fuerte, al que es sobre todo nombre, y delante de quien se postra toda rodilla, el único que es bueno, ¡alaba sin cansancio al Redentor!

David, el rey más famoso de Israel, no dejaba de alabar al Todopoderoso porque había conocido muy bien a Dios, y se deleitaba en reconocer la superioridad y bondad del Altísimo en su vida, lo que lo ayudaba a ser un buen monarca. ¡Alabemos al Señor, porque Él es bueno, y su misericordia permanece para siempre!

Pr. José N. Corrales
[email protected]
@pastorcorrales

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