Cápsulas de paz

«Nadie es santo como el Señor; no hay roca como nuestro Dios. ¡No hay nadie como Él!
1 Samuel 2:2 NVI

https://bible.com/es/bible/128/1sa.2.2.NVI

Ana la madre del profeta Samuel era estéril, y fue humillada muchas veces por esa condición.

En una oportunidad ella hizo una promesa al Señor de los Ejércitos Celestiales, le dijo: si miras mi dolor y contestas mi oración y me das un hijo, entonces te lo devolveré. Él será tuyo durante toda su vida.

El pasaje de hoy forma parte de la oración de agradecimiento de Ana ante el Todopoderoso, al ir a entregar al sacerdote a su hijo Samuel, para que sirviera al Señor durante toda su vida.

Esta madre devota y agradecida reconoce los atributos del Altísimo, nadie se compara en santidad con el Señor, Él es la Roca eterna, y no hay nadie como el Redentor.

Ciertamente en nuestra vida enfrentaremos grandes retos, y la aflicción nos acompañará muchas veces, en esas ocasiones será muy saludable para nosotros recordar a Ana.

Debemos poner en todo momento nuestra confianza en el Dios Omnipotente, no hay nada que Él no pueda hacer.

Debemos alejarnos de toda perversión y maldad, y esforzarnos por vivir en santidad, porque nuestro buen Dios Santo es.

Nuestro modelo a seguir a menudo debe ser Jesucristo, no hay nadie como Él, y solo Él da salvación y vida eterna. ¡Cristo es el camino, la verdad y la vida. Nadie llega al Padre sino por Él!

Pr. José N. Corrales
[email protected]
@pastorcorrales

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