Que Cardenales se haya convertido en el primer equipo en los casi 80 años de historia de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional en quedar campeón, luego de perder los dos primeros juegos de una Gran Final en casa, fue un logro casi poético.
Corría el 13 de noviembre, y luego de 20 careos, Lara andaba con récord de 7-13 en el séptimo lugar de la tabla de clasificación de la ronda eliminatoria, fuera de los puestos por un boleto a la postemporada.
Sin embargo, a partir de entonces, la bandada escarlata aleteó para soberbio registro de 39-18, quedando líder de la primera fase y el Round Robin, y obteniendo 10 triunfos más que su más inmediato perseguidor en ese lapso de tiempo, los subcampeones Bravos de Margarita (29-24).
«No prestamos atención a lo que estaba por fuera, sino a lo que nosotros sentíamos”, apuntó Carlos Miguel Oropeza, gerente general de Cardenales, tras el glorioso último out del domingo en el Estadio Antonio Herrera Gutiérrez de Barquisimeto.
«La familiaridad del grupo en todos sus niveles fue clave. Fue una temporada muy difícil, pero el equipo nunca bajó la guardia, ni siquiera con un comienzo tan complicado como el que tuvimos en la final».
Algunas Marcas
Ildemaro Vargas
El capitán de los pájaros rojos exhibió irreal promedio de videojuego de .556 y OBP de .600 para alzarse con el premio Robert Pérez al Jugador Más Valioso de la serie decisiva, igualando la marca de 15 hits para una final a siete compromisos, en poder de Clarence ‘Cito’ Gaston, en la 1976-1977, con Tiburones de La Guaira.
«Todo el estado Lara se lo merece», celebró Vargas. «Luchamos mucho, pero el tiempo de Dios no falla».
El ambidiestro, que disputó séptima final con Cardenales, elevó a 49 su total de imparables en este tipo de instancias, para dejar atrás a Luis Sojo (45), miembro del Salón de la Fama, en el segundo lugar de todos los tiempos en la franquicia.
«Ildemaro es lo que fue Luis Sojo para nuestra generación. El hombre que inspira a todos los muchachos», describió a Efraín Zavarce Robert Pérez, quien por primera vez como técnico de Lara (es coach de control de calidad), entregó el trofeo de MVP a un jugador del club.
«Me llena de orgullo que, además, sea a Caripito, alguien oriental, como yo».
Rangel Ravelo
El cubano conectó dos jonrones y empujó 10 carreras en la final para hacer historia por partida doble.
Por un lado, aumentó a 12 su total de vuelacercas en postemporada para romper el récord de su compatriota Félix Pérez; y por otro, culminó la etapa con la friolera de 29 impulsadas, la segunda mayor cantidad de todos los tiempos en la LVBP, solo detrás de las 34 de Miguel Cabrera, en la 2004-2025, con Tigres de Aragua.
«El objetivo era ganar, porque el año pasado nos quedamos un poco cortos», recordó Ravelo sobre la serie por el gallardete perdida en cinco duelos ante Tiburones.
«Pero ahora somos campeones nosotros y nos toca representar a Venezuela en la Serie del Caribe».
Con sus 10 remolcadas en la final, además, el antillano se unió a una lista de apenas 13 nombres que han registrado tal cantidad de fletadas en esta instancia, quedando a una de la marca de Cardenales, impuesta por Juniel Querecuto, en la 2018-2019.
Eduardo García
Ingresó al lineup diseñado por Henry Blanco a partir del Juego 3, para suplir al lesionado grandeliga Andrés Chaparro y regresar la estabilidad a la línea central del Cardenales, desde el shortstop. Sin embargo, se empeñó en fijar marcas con el bate, por su juventud.
En el cuarto desafío conectó un jonrón ante Osmer Morales con un corredor en circulación para convertirse en el quinto jugador de Cardenales volarse la cerca en una final con 21 años de edad o menos, uniéndose al miembro del Salón de la Fama de Cooperstown Andre Dawson (1975-1976), Lloyd Moseby (1979-1980), Michael Marshall (1980-1981), Fred Manrique (1981-1982) y el inmortal venezolano Robert Pérez (1989-1990).
«Estoy demasiado orgulloso por todos esos logros», confesó García. «Nunca pensé en ellos».
Ya en el sexto y último encuentro de la serie, volvió a desaparecer la bola, esta vez ante Werner Leal, para unirse Michael Sandoval (en la 2004-2005 con Leones) como los únicos novatos con dos o más cuadrangulares en esta etapa.
«Fue una temporada de ensueño», admitió. «La llevaré toda la vida en mi corazón. Aprendí muchísimo».
José Rondón
Las cuatro impulsadas que tuvo el utility perteneciente a Leones del Caracas aumentó a 19 su total en la postemporada 2024-2025, para romper el récord de refuerzos de Cardenales con más producidas, que poseía C. J. Retherford (15), en la 2012-2013, según Pelota Binaria.
«Una palabra para describir a este equipo es familia. Desde que Harold (Castro) y yo llegamos al equipo, nos dimos cuenta», afirmó Rondón sobre el arribo junto con su compañero melenudo, a partir del Round Robin «sentí ese click en el grupo luego de perder el segundo juego de la final».
Tras ese segundo encuentro, una voz en el clubhouse cardenal se alzó por encima de todas, y ensambló hasta a los que venían de otros predios.
«La capitanía de Ildemaro es algo indescriptible», expresó por su parte Castro, quien cerró los playoffs con sólida línea ofensiva de .383/.416/.580 y 18 remolques, y observó de primera mano el liderazgo del monaguense. «Él es la base, porque la energía que le transmite al equipo es increíble».
Gorkys Hernández
El experimentado jardinero voló no solo en las praderas, como suele hacerlo, sino también entre las bases, al totalizar cuatro robos en la final, igualando el tope con Hernán Pérez, y fijando una marca para jugadores con 37 años de edad o más.
«Comenzamos esta temporada en búsqueda de algo importante. Me preparé para tener un resultado como este», mencionó Hernández.
«Me puse la meta de robar bases para que los compañeros tuvieran la oportunidad de producir».
La actuación del oriental le hizo elevar a 25 su total de estafadas en postemporada, la máxima cifra entre los jugadores activos, a cinco de la marca absoluta en la fase, compartida por Roger Cedeño y Endy Chávez (30).
Además, Hernández quedó a solo dos incogibles de unirse al selecto club de 15 peloteros con 200 inatrapables o más en playoffs.
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