PARROQUIA CATEDRAL SAN JUAN PABLO II
LA CATEDRAL DE TODOS
DIÓCESIS DE CIUDAD GUAYANA
PUERTO ORDAZ – ESTADO BOLÍVAR, VENEZUELA
«La Iglesia es la caricia del amor de Dios al mundo»
San Juan Pablo II
Estrenando
Queridos hermanos, si tuvieran algo qué estrenar, ¿qué sería? ¿Qué les gustaría estrenar próximamente? Usen la imaginación y piensen por un instante en eso que quisieran estrenar. Imagínenlo como si ya lo tuvieran. Así también hay algo que debemos estrenar, según Jesucristo, aunque tiene muchos años con nosotros, pero hace falta, insisto, que lo estrenemos. No es una adivinanza, tampoco un acertijo ni nada por el estilo, pero ¿qué es eso que tenemos que estrenar, aunque ya tiene muchos años?
Vayamos al episodio donde el escriba le preguntó a Jesús: «Cuál es el primero de todos los mandamientos?».
Jesús le respondió: «El primero es: Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es el único Señor; amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. El segundo es este: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay ningún mandamiento mayor que estos». (Marcos 12, 28-34).
Ciertamente, Jesús sorprende a sus oyentes con la Novedad de unir estos dos mandamientos, los cuales podemos observar en el AT de forma separada: Deuteronomio 6, 4-7 nos habla del amor a nuestro Dios con toda el alma, con todo el corazón, con toda la mente y con todas las fuerzas. Es decir, todo nuestro ser ha de manifestar el amor a nuestro Dios. Y Levítico 19, 17-18 nos habla del amor al prójimo. Mandamientos que el Señor une ante la pregunta del escriba, y desarma a sus oyentes de cualquier argumento para continuar separando a Dios y al prójimo.
Más adelante, Jesús, el Señor, nos dice: Les doy un mandamiento nuevo: que se amen los unos a los otros. Ustedes deben amarse unos a otros como yo los he amado. En esto reconocerán todos que son mis discípulos: en que se aman unos a otros. (Juan 13, 34-35).
Esto es lo que tenemos que estrenar, queridos hermanos, el mandamiento nuevo que nos da el Señor, que aunque ya tiene 2024 años, es indispensable «estrenarlo».
Como diría Cantinflas en Su Excelencia: Si tan solo rigiéramos nuestras vidas por las sublimes palabras que hace dos mil años dijo aquel humilde Carpintero de Galilea, sencillo, descalzo, sin frac ni condecoración: Ámense, ámense, los unos a los otros, pero entendieron mal, confundieron los términos, y han salido a armarse los unos contra los otros.
Aquí nos unimos al Papa Francisco en su oración, llamado y empeño por la Paz mundial, especialmente sobre los pueblos que sufren las guerras que siempre conducen a una derrota.
Ámense los unos a los otros, un mandato que comienza a lo interno. El Señor no nos dice: Vayan y amen a los demás, nos dice ámense los unos a los otros; pues no podemos amar a los demás si no somos capaces de amar a quien camina con nosotros.
Además, este amarnos unos a otros garantiza que verdaderamente nos reconozcan como discípulos de Jesucristo.
Estrenar el mandamiento nuevo, entre tantas cosas, según el Evangelio, ha de traducirse en:
Perdonar, Mateo 6, 12.
Corregir, Mateo 18, 15.
Ser servidor y descartar la envidia, Marcos 10, 43-45.
No devolver mal por mal, Lucas 9, 54-55.
Amarse fraternalmente y ser amigos, 1Pedro 3, 8.
Oración:
Señor, Jesús, Tú eres nuestro modelo por excelencia, ayúdanos a comprender, saber interpretar y practicar tu mandamiento nuevo para que nos reconozcan como tus discípulos.
Que nuestra Parroquia y cada Comunidad, Señor, sea la Betania donde encuentras a tus amigos, y que el amarnos unos a otros, como nos mandas, refleje la fraternidad y el servicio que han de identificarnos. Permite la intercesión de la Virgen María para poner nuestras vidas en las manos de Dios Padre. Ayúdanos, Señor.
Amén.
P. Gerardo Moreno
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