Lima, Perú. Casi tres semanas después de las elecciones presidenciales de Perú, el izquierdista Pedro Castillo ya actúa como virtual presidente electo a la espera de su proclamación oficial, retrasada por la insistencia de Keiko Fujimori en no reconocer los resultados y denunciar sin pruebas un supuesto fraude.
Pese a que el fraude ha sido descartado por la comunidad internacional, expertos, observadores electorales y tribunales, Fujimori persiste en su postura amparada por la derecha más conservadora, incluido un grupo de militares en retiro que piden a las Fuerzas Armadas no reconocer a Castillo en caso de que sea proclamado presidente.
Al 100 % del escrutinio, Castillo ganó a Fujimori por unos 44.000 votos en una estrecha votación celebrada el pasado 6 de junio donde el maestro y líder sindical peruano logró el 50,12 % de los votos válidos.
Sin embargo, la hija y heredera política del expresidente Alberto Fujimori (1990-2000) denunció un supuesto «fraude» electoral al día siguiente, cuando vio que su derrota por tercera vez consecutiva en unas elecciones presidenciales era casi irreversible.
Fujimori solicitó anular unos 200.000 votos de zonas rurales, andinas y pobres donde Castillo obtuvo un apoyo abrumador bajo la tesis de que serían «fraudulentos».
Ninguno de los más de 800 recursos que presentó para anular los votos ha sido aceptado en primera instancia por los jurados electorales, que los rechazaron por falta de pruebas.
LA ÚLTIMA PALABRA
La última esperanza de Fujimori era el pleno del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), que en segunda y última instancia comenzó esta semana a revisar los recursos presentados por la candidata.
Sin embargo, los primeros diez recursos evaluados por el JNE el miércoles fueron desestimados, lo que derivó en la renuncia del magistrado Luis Arce, el único a favor de las demandas del fujimorismo.
Ese paso de Arce dejó momentáneamente sin quórum al JNE e impide que pueda reunirse de nuevo hasta que sea reemplazado por su sustituto.
En su carta de renuncia, Arce, que está involucrado en una gran trama de corrupción judicial con nexos con el fujimorismo, aseguró que lo hizo para evitar que sus votos en minoría «sean utilizados para convalidar falsas deliberaciones constitucionales que son en realidad decisiones con clara parcialización política».
A todo esto se añadieron el jueves unos presuntos audios de Vladimiro Montesinos, el súper asesor del expresidente Fujimori y artífice de la gigantesca red de corrupción que acaparó el aparato estatal en los años noventa.
En esas grabaciones, hechas aparentemente en la prisión donde se encuentra recluido, Montesinos coordina por teléfono cómo sobornar al JNE para que beneficie a Keiko Fujimori.
REVESES PARA KEIKO
Los fallos contrarios del JNE no fueron la única mala noticia para las aspiraciones presidenciales de Fujimori, que tuvo una semana llena de reveses.
El lunes se libró de volver a prisión provisional por el caso donde está acusada de presunto lavado de dinero en la financiación irregular de sus anteriores campañas electorales, pero el juez le prohibió reunirse y comunicarse con dos de los principales portavoces de su estrategia legal.
El magistrado Víctor Zúñiga consideró que Fujimori violó las medidas de la libertad condicional al reunirse con testigos del caso como el abogado y portavoz fujimorista Miguel Ángel Torres y la líder del Partido Popular Cristiano (PPC), Lourdes Flores, por lo que le advirtió que irá a prisión si vuelve a suceder.
Luego, a lo largo de la semana, tanto el Departamento de Estado de EE.UU. como la Unión Europea y Canadá aseguraron que las elecciones de Perú fueron libres, justas y democráticas.
En el mismo sentido se ratificó la Organización de Estados Americanos (OEA), que tuvo la misión de observación electoral más numerosa, y continúa dando seguimiento al proceso, del que comentó que se está desarrollando con apego a las normas electorales.
CASTILLO ACTÚA COMO PRESIDENTE
Mientras, casi ajeno a todo, Castillo ha comenzado a actuar como si ya fuera presidente, al reunirse durante la semana con varios líderes de otros partidos políticos.
El jueves acudió al velatorio de un niño de 6 años, la única víctima mortal que tuvo el sismo de magnitud 6 en la escala de Richter ocurrido la noche anterior, y este viernes viajó a la sureña ciudad de Cusco para asistir a una reunión de gobernadores regionales.
«En este camino ya no hay vencidos ni vencedores, hoy somos una sola familia y es el pueblo peruano en el que necesita que nos ordenemos para empezar con esta gesta de desarrollo y terminar con los problemas como la pandemia y las grandes desigualdades que sufre el país», dijo Castillo a la salida de la reunión.
Lejos de lo que pide Castillo, la polarización continuará este sábado, donde al igual que la semana anterior habrá dos multitudinarias manifestaciones, una a favor de su proclamación oficial como presidente electo y otra de Fujimori para reclamar que se invaliden los resultados.
EFE noticias
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