Varios simpatizantes del expresidente de Estados Unidos Donald Trump (2017-2021) se concentran a las puertas de la prisión del condado de Fulton, en Georgia, para expresar su apoyo al republicano, que se entregará en esas instalaciones para ser fichado por su imputación en el estado.
El acceso a la cárcel, en un barrio residencial de la ciudad de Atlanta, está protegido por un cordón policial y rodeado de decenas de periodistas de medios locales e internacionales.
Trump está imputado de 13 delitos por haber liderado presuntamente una trama mafiosa con otros 18 aliados para falsear los resultados de las presidenciales de 2020 en Georgia, donde perdió por un estrecho margen de dos décimas contra el actual mandatario, el demócrata Joe Biden.
Rick Hern, de 44 años y residente de Atlanta, llegó a primera hora a la prisión ataviado con un gorro de pescador para el sol y un cartel que equipara a Trump con el exmandatario sudafricano y premio Nobel de la Paz Nelson Mandela junto al lema «presos políticos».
El caso contra Trump, en su opinión, es «absurdo» ya que el «presidente tiene el derecho de investigar si cree que hubo irregularidades en unas elecciones».
Además, coincide con el republicano a la hora de catalogar la imputación como una «caza de brujas».
«En una caza de brujas seleccionas a la víctima y luego buscas el delito, así no es cómo debe funcionar la Justicia», dice a EFE Hern, quien admira a Trump por la «perseverancia» que ve en el exmandatario.
Se espera que el republicano llegue por la noche a la cárcel del condado de Fulton, donde se le tomarán las huellas y una foto policial y quedará en libertad tras pagar una fianza de 200.000 dólares.
A unos metros de la entrada espera sentada sobre un bote de pintura Laura Bosmenier, residente de Atlanta de origen cubano, con un mensaje en su gorra que sirve de declaración de intenciones: «Trump ganó».
«Lo que pasó aquí fue un robo, un fraude, no solo a Donald Trump sino a los votantes», explica a EFE esta mujer, convencida de que el republicano dice la verdad cuando asegura sin pruebas que le robaron la elección.
Bosmenier ni se tomó la molestia de ver este miércoles por la noche el primer debate televisado entre precandidatos republicanos a las presidenciales del próximo año porque Trump no participó alegando que es el claro favorito.
«No te quede la menor dudad de que voy a votar por él. Pueden hacer lo que quieran que yo voy a votar por Donald Trump», sentencia.
Por la zona se pasean seguidores del republicano con ropa con los colores de la bandera estadounidense, banderas con el rostro de Trump e incluso un grupo de afroamericanos que se autodenomina «Negros con Trump».
Pero al lugar no podían faltar habituales de este tipo de concentraciones como Domenic Santana, un hombre de Miami disfrazado de preso que acude a cada comparecencia de Trump ante la Justicia para exigir el encarcelamiento del expresidente.
«Estados Unidos siempre ha sido grande, no necesita a Trump», grita junto a un grupo de personas disfrazadas de rata, ante los reproches que recibe de los simpatizantes del republicano.
La de Georgia es la cuarta imputación penal de Trump tras la del soborno a la actriz porno Stormy Daniels, la de los documentos clasificados que se llevó de la Casa Blanca al abandonar el poder y la del asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021 mientras se certificaba la victoria de Biden.
Pero ha cobrado importancia porque al tratarse de un caso dirimido en una corte estatal en lugar de federal, no podría indultarse a sí mismo en caso de recuperar la presidencia en 2025.
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