Madrid.-El Celta de Vigo del entrenador argentino Eduardo ‘Chacho’ Coudet exhibió una magnífica primera mitad en la que agobió al Atlético de Madrid de su compatriota Diego Simeone, se adelantó y acabó llevándose un punto tras compensar dos goles del uruguayo Luis Suárez con uno del argentino Facundo Ferreyra (2-2).
Con una puesta en escena agresiva y el gol final de Ferreyra en la última jugada, en su debut con el equipo, el Celta de Coudet hizo restó dos puntos a nada más y nada menos que el líder del campeonato español, aunque Simeone estaba advertido de su peligro. «Coudet les ha dado mucha más personalidad, (…) Tienen un posicionamiento para presionarte en campo tuyo agobiante», reconoció antes del duelo.
La lección de ‘scouting’ la tenía aprendida el técnico del Atlético, pero no los mecanismos para evitarla, o los futbolistas no supieron plasmarlos por el verde. El caso fue que el agobiante Celta de Coudet se adueñó del balón y rentabilizó su acoso con un gol de Santi Mina en el minuto 13.
Pero este Atlético tiene una cosa que Simeone siempre ha apreciado: contundencia. O como se dice en rojiblanco esta temporada: Luis Suárez. El uruguayo puso la tranquilidad empatando el duelo en la última acción antes del descanso y añadió el 2-1 a los cinco minutos de la reanudación. Son 16 goles para él, un valor seguramente insospechado en Barcelona cuando permitieron su salida a un rival directo, que camina hacia el título gracias a él.
Es tan espectacular el rendimiento de Suárez, autor de siete goles en las últimas cuatro jornadas ligueras, que oculta el magnífico trabajo en la noche del Wanda Metropolitano de Coudet, llegado a España para rehabilitar a un Celta hundido en el descenso, que con su sello encadenó cinco victorias en seis jornadas y tuvo el justo premio con el gol de Ferreyra en la última jugada.
Si bien su estrella se apagó en los resultados -cuatro derrotas consecutivas, entre ellas la eliminación en la Copa del Rey ante el Ibiza de Segunda B, y con esta seis jornadas ligueras sin ganar-, en Vigo encuentran en Coudet una idea de juego reconocible y a un motivador nato, un elemento que coincide con su rival de este lunes.
Desde sus inicios como técnico en el Rosario Central argentino Coudet ponía al ‘Cholo’ entre sus referentes, en una «licuadora» de influencias que incluían al chileno Manuel Pellegrini, hoy en el Betis, y a su compatriota Antonio ‘Turco’ Mohamed, otro exceltiña. «Siento admiración por él», afirmó el sábado.
Le correspondió en elogios Simeone: «Le ha dado mucha más personalidad, mucha más fortaleza en su juego ofensivo, que siempre lo tuvo, pero con una dinámica mucho más contundente, con una velocidad a la presión a la pérdida de la pelota importante, con un posicionamiento para presionarte en campo tuyo agobiante».
Ese Celta agobiante que esperaba el técnico del Atlético no se hizo esperar. Los celestes del ‘Chacho’ Coudet pusieron su primer centro al área a los tres minutos y a los diez jugaban ya con todos sus futbolistas de campo en terreno rival. Denis Suárez y Brais Méndez gobernaban, el peruano Renato Tapia cortaba el peligro, y Iago Aspas y Nolito esperaban la ocasión para cortar hacia el área.
En una de esas jugadas del Celta que fue de izquierda a derecha, Hugo Mallo aprovechó la autopista que le brindaban por su derecha Saúl Ñíguez y el brasileño Renan Lodi para poner un centro de media altura entre los centrales, al que Santi Mina se lanzó en plancha como si de una piscina se tratase. Tenía agua. Fue el 0-1.
Coudet había pedido a los suyos que no se cortaran y su equipo exhibió en la primera mitad del Wanda Metropolitano sus mejores cualidades: intenso, ganador en todos los duelos individuales, y con la mirada siempre puesta en la portería. Solo le faltó, quizás, convertir el peligro constante en ocasiones claras.
Y no matar a este Atlético se nota. Cuando parecía que iba a saldar la primera mitad sin chutar a puerta, apareció el ‘pichichi’ Luis Suárez. El argentino Ángel Correa vio la llegada de Marcos Llorente por la derecha, y su centro raso encontró a Suárez en el segundo palo, presto a rescatar a su equipo antes del descanso.
Vista la primera mitad, Simeone tuvo claro que tenía que ganar ímpetu en el centro del campo, y lo incorporó con la garra charrúa del uruguayo Lucas Torreira en lugar de un nervioso Felipe Monteiro. La salida del brasileño suponía la vuelta al 4-4-2 tradicional que el técnico del Atlético había usado siempre hasta esta temporada.
El resultado fue liberar al francés Geoffrey Kondogbia, hasta entonces perdido a mil cosas y a ninguna en su primer duelo como titular, y no tuvo un mejor efecto: el galo puso un centro espectacular a la llegada por la izquierda del brasileño Renan Lodi, que no tuvo más que poner el pie para ceder a un Suárez que se adelantó al central para hacer el 2-1 definitivo.
El Celta no le perdió las ganas, y el alma de este equipo, Iago Aspas, aprovechó un rechace para plantarse delante de Oblak, hasta que un salvador Kondogbia le rebañó el balón justo a tiempo. Aún así, y cuando el Atlético estaba jugando mejor, Ferreyra encontró un pase al hueco de Augusto Solari con el que el ‘Chacho’ le robó dos puntos al ‘Cholo’, al que no le alcanzó con los goles de Suárez.
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