La historia cultural y arquitectónica desaparece en el centro de San Félix, edificaciones que contaban el pasado de este lugar, muchas se encuentran en el suelo, otras están a punto de desaparecer al lado de edificios modernos que cambian un pasado que abrió las puertas a grandes comerciantes que emigraron de otros países del mundo y se instalaron en esta zona.
Con la ausencia de la historia de este sitio, igual, se opacan aquellas personas que se identifican con este cuadro compuesto por varias calles, esos ciudadanos con sentimientos de pertenencias, basadas en creencias, tradiciones y opiniones compartidas a través del tiempo.
La historia de San Félix comenzó a cambiar con la demolición de la antigua estructura de la iglesia católica Inmaculada Concepción, luego continuó con la remodelación de la Plaza Bolívar, “a pesar de ser un punto referencial en la conquista desarrollo y crecimiento de la región Guayana de Venezuela, que tuvo un importante papel como puerto de entrada a las primeras expediciones, centro de acogida de migrantes atraídos por el mito de El Dorado”, escribió Américo Fernández, periodista y cronista del estado Bolívar.
También escribió que San Félix, o parroquia civil Puerto de Tablas, como era denominada entre 1841 y 1888, fue la entrada de los misioneros al sur de la Guayana.
Para 1910 contaba con una población de 1.078 habitantes con la existencia de un hotel, comercios, una aduana y oficina de telégrafos, por caminos de tierra y empedrados viajaban a la región del Yuruari mulas y bueyes cargados de algodón y artículos de ferretería que después regresaban cargadas de balatá, cueros y escaso oro que se producía a finales del siglo XIX y comienzo del siglo XX.
San Félix sin dolientes
Los que escribieron la historia de San Félix, dejaron plasmado que los gobernantes de turnos, desde un principio se mostraron mezquinos con esta zona, uno de esos casos es que la primera carretera que se construyó en 1936 por el gobierno nacional de Eleazar López Contreras, arrancó desde Ciudad Bolívar, vía Caruachi para unirse con Upata, sin pasar por San Félix.
En 1941, se inicia la construcción de la vía férrea entre El Pao y Puerto de Palúa en El Roble, adyacente al sector La Laja, la empresa Iron Minning Company, comenzó con la expansión de San Félix.
Con migrantes en su mayoría del estado Sucre, Monagas y Anzoátegui, comenzaron los nuevos asentamientos como: El Roble, La Laja, La Esperanza, La Unidad y otros.
Demolición de la antigua iglesia católica y Plaza Bolívar
Castillo, al ser entrevistado para soynuevaprensadigital.com, dijo que el desarrollo de San Félix, inició en Puerto de Tabla, a un costado de riberas del río Caroní, cerca de la actual comunidad La Grúa.
También, explicó que la calle Orinoco, en donde se encuentra El Malecón de San Félix, era un punto bullicioso con muchos vendedores de alimentos y visitado por lugareños para realizar sus compras.
Sus padres eran dueños de “El Popular” un negocio de víveres que construyeron de bahareque para establecerse en este lugar en 1930, oriundo de El Palmar; igual, su tío Manuel Osuna, expendía pescado y cochino en la calle Orinoco.
Luis Castillo, es ingeniero agrónomo, estudió en la Universidad Central de Venezuela, también realizó estudios en la Universidad Experimental Guayana, en la Simón Rodríguez, la UDO, entre otras casas de estudios.
Con sus propias palabras dijo que son muy pocas las casas que aún preservan sus fachadas, viviendas que fueron testigos del desarrollo económico del centro de San Félix, entre las cuales, aún se puede observar la casa de la familia Tousentt, entre la calle Orinoco y la calle Bolívar, contiguo al edificio en el cual se hallaba el Banco Unión.
Dice que son muchas cosas buenas que se vivieron en esa época y que transitar por las calles de San Félix, le traían muchos agradables recuerdos que está generación no conocerán, tampoco verán plasmada en la historia de la región.
Algunos fundadores
Antes de desaparecer viviendas de algunos fundadores de la zona comercial de San Félix, como la Panificadora San Félix, casa de Emilio Bonnaz, vivienda de J. Eusebil Osuna, también la residencia de Pedro Bartoli, entre otras; otras se resisten a desaparecer.
Luis Lira, hijo de padres fundadores y quien reside en la casa número 45 de la calle Chipia a pocos metros en donde anteriormente se hallaba el cementerio municipal, ahora Plaza Miranda, dijo que vio lapidas en el campo santo de personas que fueron sepultadas en 1745.
Sus progenitores eran bodegueros de oficio, “antes San Félix, era un muelle. Venían muchas personas de regiones cercanas a entregar mercancías, otros se dedicaban a navegar río abajo en sus lanchas vendiendo comestibles en caseríos alejados pero anclados a la orilla del río Orinoco”.
Fue testigo como pescadores sacaban morocotos hasta de 40 kilos en las aguas del río Caroní y Orinoco, después que la zona se pobló se alejaron los peces de grandes tamaños.
Explicó que sus padres le contaba como las personas que llegaron a San Félix, eran consideradas magnates por el dinero que tenían y por los negocios que poseían; seguidos de los pequeños comerciantes y bodeguero que hacían sus ventas en el muelle y en la calle Orinoco.
“San Félix, anteriormente pertenecía al municipio Piar, todas las cosas se gestionaban en Upata, hasta que esta localidad es declarada municipio Caroní”, expresó.
Mencionó las calles: Chipia, Zoilo Vidal, Orinoco, Bolívar, Cedeño, Ramírez, Piar y Rivas, según en donde funciona actualmente la Escuela Antonio de Berrios, anteriormente era el estadio, construido por la Orinoco Airon; mientras que el colegio estaba en una casa en la calle Bolívar.
En los tiempos de su juventud, fue testigos como en el centro de San Félix y sus alrededores se veían muchos burdeles que eran frecuentados por extranjeros y venezolanos que trabajaban en la construcción de las empresas básicas.
“También en otras partes de San Félix, existían centros nocturnos muy famosos y concurridos los fineses de semanas como: “Gato Negro”, “Dragón Dorado” “El Sandra”, La Colmena”, “El Molino Azul”, entre otros.
Cuenta que Simón López, vendía cosas en una lancha río abajo, después se estableció en su propio negocio en la calle Ramírez, según, es la única casa que aparece en catastro municipal como una pieza cultural e histórica de San Félix.
Suceso
Entre apuntes y entrevistas con personajes que aún viven, trascendió sobre un suceso que trascendió en los suburbios de esta localidad, un hombre identificado como Pidair, muere de una puñalada ocasionada por otra persona de nombre José Manuel, el suceso ocurrió en la fiesta de los siete días que se celebraba en la calle Bolívar de San Félix.
La víctima muere por el amor de una mujer que trabajaba en un burdel y era muy conocida como “La Penicilina”; aunque su nombre era Juanita Gómez, oriunda de Barranca del Orinoco, el crimen ocurrió en la casa de la fémina, cuentan que era muy hermosa y querida por muchos.
El suceso causó conmoción en San Félix, según los entrevistados este tipo de evento no se veía en la zona, el responsable era un sujeto de Upata que posteriormente fue atrapado y encarcelado.
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