Cerca de tres millones de venezolanos pasaron hasta un día entero sin comer en 2023 por no poder costear alimentos, según los resultados de la Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi), difundidos este miércoles por la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), que realizó el estudio en 10 de las 24 regiones del país.
El informe señala que, en 2023, el 12,2 % de los encuestados -en un país con cerca de 30 millones de habitantes- respondió haber estado «sin comer todo un día», un indicador que alcanzó al «34,3 % en 2020», lo que demuestra que la seguridad alimentaria «ha mejorado», remarcó el investigador Luis Pedro España, durante la presentación del estudio.
Aunque el 82 % de los entrevistados manifestó haberse sentido «preocupado por quedarse sin comida», el más leve de los indicadores de inseguridad alimentaria, solo el 45,8 % se quedó, en efecto, sin alimentos en alguna ocasión debido a la crisis.
Asimismo, un tercio de la población «dejó de hacer una comida» en 2023 o «sintió hambre pero no comió», también por factores como los altos precios de los alimentos y la imposibilidad de acceder a ellos debido a los bajos ingresos.
Hogares de Venezuela
«Aún quedan focos territoriales y de estratos, los cuales alcanzan aproximadamente hasta a un tercio del país, donde la inseguridad alimentaria moderada y severa sigue estando presente», subraya el escrito.
Según la encuesta, el 83,1 % de los hogares de Venezuela recibe la caja de alimentos subsidiados que distribuye el Gobierno, la mayoría mensual o bimestralmente, mientras algunas familias acceden a estas ayudas de forma más esporádica.
Estos resultados se conocen un día después de que el mandatario venezolano, Nicolás Maduro, informase que, el año pasado, el 6 % de la población sufrió déficit nutricional, un índice que -aseguró- se ha reducido 29 puntos desde 2017, cuando el país alcanzó un pico del 35 %.
En febrero, el relator especial de ONU sobre el derecho a la alimentación, Michael Fakhri, al término de una visita a Venezuela, aseguró que la dolarización de facto, los bajos ingresos y la alta inflación -que cerró 2023 en 189,8 %- «debilitan el poder adquisitivo» de las personas y aumenta los riesgos a sufrir inseguridad alimentaria, por lo que abogó por el levantamiento total de las sanciones, que acentúan estas carencias.
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