El exjefe de la Policía de Filipinas y cerebro de la criticada guerra contra las drogas, Ronald Dela Rosa, afirmó este jueves haber ignorado las peticiones de ser entrevistado por la Corte Penal Internacional (CPI), que investiga las ejecuciones extrajudiciales durante el mandato del expresidente Rodrigo Duterte.
«Alguien se puso en contacto con mi oficina, pero lo ignoramos porque sabemos que no tienen jurisdicción aquí», dijo Dela Rosa durante una intervención ante los medios, al presentar su candidatura para un segundo mandato consecutivo como senador.
El que fuera jefe de la Policía en el país asiático entre julio de 2016 y abril de 2018 y uno de los principales aliados políticos de Duterte afirmó que la investigación de la CPI es «una labor de demolición» contra el exmandatario y sus aliados.
Presionado por la prensa, Dela Rosa también sembró dudas sobre si la petición realmente provenía de la CPI: «quizá sea solo un loco (…) no estamos seguros de quién era».
Tanto Duterte como ‘Bato’, como se conoce a su exjefe de la Policía, están siendo investigados por la CPI por posibles crímenes de lesa humanidad debido a la cruenta guerra contra las drogas emprendida durante el mandato del expresidente.
Unas 6.000 personas murieron en operativos antidroga y ejecuciones extrajudiciales durante la violenta campaña, según las cifras de la Policía, aunque organizaciones no gubernamentales locales elevan esta cifra a más de 30.000.
El Gobierno de Duterte se negó a colaborar con la investigación de la CPI, que arrancó en 2017 tras una demanda particular, y Filipinas se retiró del organismo internacional en 2019.
El actual presidente, Ferdinand Marcos Jr., ha reiterado que no colaborará con las pesquisas de la CPI y que los crímenes cometidos durante la guerra contra las drogas serán juzgados por tribunales de su propio país.
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