El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ha situado el año 2030 como la fecha de la próxima posible ampliación de la Unión Europea (UE), con Ucrania, Moldavía y otros seis países de los Balcanes Occidentales con el estatus de candidatos.
«Al preparar la próxima agenda estratégica de la UE, debemos fijarnos un objetivo claro. Creo que debemos estar preparados -por ambas partes- para la ampliación en 2030», declaró Michel en su discurso en el Foro Estratégico de Bled (Eslovenia).
«Es el momento de abordar el desafío de la ampliación tanto para la UE como para los futuros Estados miembros. Es la hora de afrontar los desafíos con claridad y honestidad», subrayó el ex primer ministro belga.
Según Michel, el próximo presupuesto a largo plazo de la UE deberá incluir esos objetivos comunes.
«Esto es ambicioso, pero necesario. Demuestra que hablamos en serio. Generará impulso. Dará un impulso transformador a las reformas y generará interés, inversiones y una mejor comprensión, y nos alentará a todos a trabajar juntos», aseguró el presidente del Consejo Europeo.
Michel recordó que en 2003 se abrió la vía comunitaria a los países de los Balcanes Occidentales, que en su mayoría salieron de las guerras de descomposición de la antigua Yugoslavia, pero que ese camino ha sido lento y para algunos decepcionante.
Más adelante, Michel afirmó que la invasión rusa de Ucrania fue un ataque también a los valores europeos, la democracia, la libertad, la prosperidad y el espíritu de cooperación y respeto mutuo, por lo que se concedió el año pasado el estatus de candidato a Ucrania y Moldavia.
Con todo, el presidente del Consejo Europeo reconoció que la ampliación presenta grandes desafíos ya que se debe asegurar que los nuevos miembros cumplan con los estándares de la UE en áreas como el estado de derecho, la lucha contra la corrupción y las reformas económicas.
Además, dijo, la UE debe fortalecer sus propias instituciones y procedimientos para acomodar a los nuevos miembros de manera eficiente.
Michel propuso la idea de una «cláusula de confianza» para evitar que ciertos miembros bloqueen el proceso de adhesión de otros vecinos, como ha sido el reciente caso de Bulgaria con respecto a las aspiraciones de Macedonia del Norte.
En la misma línea, al dirigirse a los líderes de los Balcanes Occidentales, pidió más esfuerzos para fortalecer el estado de derecho, la lucha contra la corrupción y el crimen organizado, y sobre todo la solución de los conflictos bilaterales, lo que «será más doloroso que las reformas».
Advirtió que «no habrá cooperación sin reconciliación» y que «no hay espacio para conflictos pasados en la UE».
Seis países de los Balcales Occidentales -Albania, Bosnia-Herzegovina, Macedonia del Norte, Montenegro, Serbia y Kosovo- aspiran al ingreso en la UE.
Montenegro y Serbia son los países que más avances han hecho en la vía del ingreso, pero este último país debe normalizar sus relaciones con su antigua provincia de Kosovo, que proclamó su independencia en 2008 pero que Belgrado no reconoce.
El diálogo, que llevan a cabo desde 2011 con mediación de la UE y el apoyo de Estados Unidos, ha dado escasos resultados hasta ahora y las tensiones entre ambos países están presentes nuevamente desde el año pasado.
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